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Una investigación internacional, publicada en la revista Nature Ecology & Evolution, ha logrado reconstruir la historia evolutiva de los piojos de los mamíferos, incluidos los de los seres humanos.
En este trabajo, que ha empleado datos genómicos y análisis cofilogenéticos, ha participado el investigador del Departamento de Zoología de la Universidad de Granada (UGR), Jorge Doña Reguera.
El estudio ha demostrado que los piojos de los mamíferos se originaron en el ancestro común de los afroterios, un grupo de mamíferos de distribución africana al que pertenecen los elefantes, los damanes y las ratas elefante. La colonización desde estas especies al resto de mamíferos, incluidos los humanos, se produjo porque los parásitos saltaron de hospedador en hospedador, es decir, pasando de parasitar una especie animal a otra.
La investigación logra responder un interrogante que permanecía abierto: los piojos de los afroterios –que acabaron siendo los de todos los mamíferos en conjunto, como demuestra el trabajo– provenían a su vez de un hospedador aviar, un ave o dinosaurio de la época.
Los piojos se dividen en más de 5 000 especies y son un grupo de ectoparásitos cuyos principales linajes se distribuyen entre los diferentes grupos de mamíferos y aves.
Comprender los patrones de diversificación de los parásitos arroja luz sobre la propia distribución de las especies en las que habitan y proporciona información acerca de los procesos evolutivos.
El contagio de piojos afecta más a las niñas porque en sus juegos es mayor el contacto físico
El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valladolid ha dado una charla sobre el origen, el tratamiento y la prevención de la pediculosis.
El inicio del curso escolar trae consigo la posibilidad de que los niños puedan contagiarse de piojos. Así, dentro de las charlas educativas que el Colegio Oficial de Farmacéuticos de Valladolid realizó durante este año, una en la jornada sobre el tratamiento de la pediculosis. Tránsito Salgado Calvo, licenciada en Farmacia, explicó a los asistentes las principales características de estos insectos, cómo se contagian las personas y cuál es la mejor forma de prevenirlos y tratarlos. Según ha explicado la experta, son las niñas las que se ven más afectadas por los piojos, ya que en sus juegos “existe más contacto físico”.
Tal y como ha precisado, los piojos son insectos hematófagos (chupan la sangre) y ovíparos (ponen huevos llamados liendres) y de las 3 000 especies diferentes que existen, el pedículus humanus, parasita “exclusivamente” al ser humano.
En cuanto al desarrollo de estos insectos, Salgado apunta que la hembra “pone entre 100 y 150 huevos junto a una sustancia pegajosa e insoluble en agua, que facilita el que se adhieran a los cabellos”. Se trata de liendres, que eclosionan “a los diez o doce días, dando lugar a la larva, quien se alimenta de sangre para madurar en un par de semanas”, señala, al tiempo que añade, que el piojo adulto “vive de 30 a 40 días”.
Por otro lado, la experta quiere dejar claro que la infestación por piojos de la población escolar, aunque no pone en peligro la salud de los niños, está creando “un verdadero problema”, dado el rechazo social que origina la creencia de que ello se debe a la falta de higiene y marginalidad. “Todo ello falso, pues afecta a todos los niveles sociales y no se debe a la falta de higiene. Tampoco influye la longitud del pelo, ni la frecuencia de su lavado ni peinado”, insiste.
Sintomática y tratamiento
El principal síntoma es el picor intenso producido por la reacción del cuerpo a la saliva que inocula el piojo en cada mordisco. No obstante, las lesiones por rascado pueden producir infecciones bacterianas e inflamación de ganglios, lo que haría necesario tratamiento médico. En cuanto a la forma de erradicar la pediculosis, Tránsito Salgado advierte que es más fácil buscarlos con el pelo húmedo, usando una liendrera o peine de púas estrechas con un foco de luz directa, y que se localizan sobre todo en la nuca y detrás de las orejas. Por ello, recomienda dividir el pelo en secciones y poner una toalla blanca en los hombros para ver los insectos.
Asimismo, es importante hacer un uso correcto de los tratamientos que actualmente existen en el mercado. “Solo se tratarán las personas infestadas, para evitar crear resistencias, y al resto de personas que aún no están infectadas, pero que conviven con ellas se les aplicará un tratamiento repelente”, afirma. Para obtener unos resultados óptimos se recomienda la aplicación de un pediculicida junto a la eliminación manual a los 7-10 días para eliminar posibles liendres aún vivas.
Referencia:
Mongle, C.S., Pugh, K.D., Strait, D.S. et al. Modelling hominin evolution requires accurate hominin data. Nat Ecol Evol (2022). https://doi.org/10.1038/s41559-022-01791-2