oct
29
Las personas con obesidad mórbida, pero sin comorbilidades añadidas, como colesterol o hígado graso, llamados pacientes con obesidad metabólicamente sanos, mantienen a largo plazo los beneficios de someterse a cirugía bariátrica.
Así lo demuestra un estudio realizado por investigadores del CIBEROBN en el Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital del Mar, liderado por Albert Goday, junto con el Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM) y la Universidad Autónoma de Barcelona, publicado en la revista Surgery for Obesity and Related Diseases.
Los investigadores analizaron la evolución a cinco años de cerca de 200 pacientes intervenidos con cirugía bariátrica en el Hospital del Mar, siendo este estudio el primero de este tipo que se realiza en España. Estos mismos investigadores ya habían publicado previamente un primer estudio en el cual analizaban la evolución de estos pacientes a un año.
En el trabajo actual, una de cada cinco de estas personas no tenía comorbilidades añadidas a la obesidad antes de la intervención, eran personas con obesidad grave metabólicamente sanas. El resto presentaba, como mínimo, una, ya fuese diabetes, dislipidemia (niveles altos en sangre de colesterol i/o triglicéridos), hipertensión arterial o hígado graso. Los resultados indican que los dos colectivos se benefician de la cirugía y que esta mejora se mantiene en el periodo estudiado.
Los pacientes sanos antes de la cirugía consiguen mejorar todos los indicadores analizados cinco años después de la intervención. Es el caso de los niveles de glucosa en sangre, que bajan un 7 %, y los triglicéridos, que lo hacían un 31 %. También lo hacían dos de los marcadores de hígado graso, un 29 y un 55 %. Por contra los niveles de colesterol HDL, el llamado colesterol bueno, subían el 37 %.
Unos datos que llevan al investigador del Centro de Investigación Biomédica en Red de la Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN) , Albert Goday, primer firmante del estudio y jefe de sección de Endocrinología del Servicio de Endocrinología y Nutrición, a asegurar que “muchas de las mejoras metabólicas logradas con la cirugía bariátrica se habían demostrado a corto plazo, pero ahora demostramos que no se trata de una mejora transitoria, sino de una realidad a largo plazo, ya que después de cinco años, los pacientes todavía mejoran”. Este hecho es relevante, ya que actualmente sabemos que todavía que, dentro del rango de normalidad, si conseguimos disminuir el nivel de glucosa en sangre, de presión arterial, de colesterol de baja densidad (LDL) o de indicadores de hígado graso, disminuye nuestro riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares.
Se apunta un cambio en los actuales criterios de inclusión para cirugía bariátrica
Estos datos demuestran la idoneidad de someterse a este tipo de cirugía a pacientes con obesidad sin comorbilidades. “A pesar de estar sanos, mejoran, y esto es importante, porque sabemos que es cuestión de tiempo que estos pacientes enfermen metabólicamente. Vemos que a cinco años no están enfermos, sino que han mejorado respecto a su estado inicial”, apunta David Benaiges, médico adjunto del mismo servicio y último firmante del trabajo. Esto puede hacer plantear un cambio en los actuales criterios de inclusión en los procedimientos de cirugía bariátrica para incorporar personas con un índice de masa corporal inferior al actual, hecho que evitaría que su estado se degradase antes de la intervención. En estos momentos solo se incluyen pacientes con obesidad y metabólicamente sanos si presentan un índice de masa corporal superior a 40kg/m2.
En relación con los pacientes que presentaban alguna comorbilidad antes de someterse a la cirugía, el estudio demuestra que mantienen e incrementen los beneficios logrados a corto plazo, convirtiéndose muchos de ellos (tres de cada cuatro) en personas metabólicamente sanas y revirtiendo estas patologías asociadas al exceso de peso. Sus niveles de glucosa en sangre caían un 25 %, mientras que los de triglicéridos lo hacían un 37 %. Los dos indicadores de hígado graso disminuían en un 32 y un 28 %, mientras que el colesterol HDL se incrementaba el 42 %. “Está claro que es muy importante que una persona con obesidad, aunque esté en la categoría de metabólicamente sana, intente cambiar sus hábitos de vida”, explica Goday. “Lo hemos demostrado en pacientes sometidos a cirugía bariátrica, pero seguro que, en grados menores de intervención, con pequeñas mejoras de estilo de vida, estos parámetros mejorarán, así como el riesgo de sufrir enfermedades asociadas”, añade.