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La pre eclampsia puede ser una de las complicaciones más graves para una gestación. El control y seguimiento es fundamental para evitar riesgos materno-fetales.
La pre eclampsia es algo más que cifras elevadas de tensión arterial durante el embarazo. Es una complicación, de afectación múltiple, que si no se controla adecuadamente puede poner en riesgo la salud de la gestante y del feto.
La pre eclampsia puede complicar entre el 2 y el 5 % de todos los embarazos, datos que ponen de que pone de relieve la importancia del control de la tensión arterial antes, durante y después del embarazo.
«Un buen control y seguimiento materno puede evitar las complicaciones que se derivan de ella, incluida la mortalidad materna que, actualmente, se sitúa en un 15 % por esta causa en todo el mundo cada año. El adecuado manejo de la gestante se traduce en un buen desarrollo y crecimiento fetal”, señalan a DM Nieves Martell, jefe de Sección de la Unidad de Hipertensión y Riesgo Vascular, acreditada como excelente por la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), siendo la primera unidad de estas características de la Comunidad de Madrid, y Noelia Pérez, coordinadora de la Unidad de Obstetricia, cuyo equipo se encarga de las gestantes de alto riesgo, ambas del Hospital Clínico de Madrid.
Elementos que se conjugan
Pioneras en el control, tratamiento y seguimiento de las gestantes con hipertensión arterial (HTA), los equipos de ambas especialistas conforman un sólido grupo que funciona desde hace 25 años y por el que han pasado más de 10 000 mujeres. La experiencia de este recorrido asistencial les lleva a una clara conclusión: “Antes de quedarse embarazada, la mujer tiene que saber las cifras de tensión, además de intentar estar en las mejores condiciones posibles de salud. Esto es básico”, afirma rotunda Martell.
La clave parece encontrarse en una primera visita preconcepcional. “Hay que tener en cuenta que en el control tensional influyen otros factores como la obesidad, que aumenta el riesgo de hipertensión y de pre eclampsia, sin olvidar la edad. Las mujeres que consiguen actualmente una primera gestación tienen mayor edad, hecho que se acompaña de un mayor riesgo de complicaciones”, explica Pérez.
En una primera visita preconcepcional se puede evaluar otros factores, edad u obesidad, por ejemplo, que influyen en la tensión arterial
Para Martell, este control previo al embarazo permite determinar si existen factores de riesgo y analizar si se pueden corregir o minimizar antes del embarazo. Así, en las pacientes que son catalogadas como de alto riesgo en la consulta preconcepción o en la primera visita obstétrica, se valora cuáles pueden ser candidatas a ciertos tratamientos o las que deben llevar un control conjunto por ambas unidades asistenciales para diagnosticar e intervenir lo antes posible, señala la ginecóloga.
Los últimos datos de la Organización Mundial de a Salud (OMS), ponen de manifiesto que en los países desarrollados es muy infrecuente que las gestantes fallezcan por pre eclampsia, complicación que en el 75 % de los casos es de carácter leve. Sin embargo, el mismo organismo sanitario alerta de que una pre eclampsia leve puede pasar a una forma grave o eclampsia completa, incluso en pocos días si no se trata adecuadamente.
Ambas alteraciones, pre eclampsia y eclampsia, pueden originar problemas de salud graves tanto para la madre –alteraciones en distintos órganos-, como para el bebé: crecimiento intrauterino retardado (CIR), desprendimientos de placenta, e incluso mortalidad fetal.
Cifras tensionales
En gestantes, las cifras de tensión arterial consideradas elevadas son las mismas que para la población general: 140/90 mmHg. Sin embargo, y según Martell, “si se trata de mujeres cuyas presiones comprobadas antes del embarazo se situaban entre 110/50 mmHg o 110/60, suele empezarse la intervención, un poco antes de llegar a 130 mmHg”.
En el Clínico, la colaboración entre las unidades de HTA y de Obstetricia ha permitido desarrollar unas estrategias asistenciales que han ofrecido beneficios muy positivos a todas las gestantes. Para ello, se lleva a cabo una diferenciación entre la HTA antes de embarazo y a la que se presenta en la gestación.
Pérez señala que “las que ya eran hipertensas se derivan directamente a la Unidad de HTA y desde allí se realiza el control porque, desde luego, presentan más riesgo de pre eclampsia. También hay mujeres que en una primera consulta de obstetricia presentan tensión alta. Si además conjugan otros factores de riesgo, como mayor edad, obesidad o que sean primíparas, pueden condicionar una pre eclampsia. En estas también se lleva a cabo un control conjunto por ambas unidades durante, evaluando si pudieran precisar medicación”.
Otras gestantes debutan con una pre eclampsia que se diagnostica en urgencias. En estos casos, el manejo inicial lo lleva a cabo la Unidad de Obstetricia, pero si precisa un control estricto, se requiere la participación del equipo de la Unidad de HTA.
“Después del parto, y si la gestante era hipertensa previa, las presiones suelen mantenerse aumentadas, por lo que habrá que seguirla. Teóricamente, se reducen o eliminan, en un periodo que oscila entre uno y tres meses. Pero, en cualquier caso, se lleva a cabo el seguimiento y mantenimiento de la medicación hasta que se logran normalizar las cifras”, explica la especialista en HTA.
Manejo de fármacos
Martell también señala que, a pesar de los escasos fármacos antihipertensivos disponibles para la gestación, el control de los niveles suele realizarse de forma muy satisfactoria. “En estas pacientes, y como es lógico, la seguridad de los fármacos debe ser exhaustivo y muy comprobado: el equilibrio entre beneficio y riesgo debe ser perfecto». Aún así, somos capaces de controlar a la mayoría de ellas.
En estos momentos, los antihipertensivos más empleados son la alfametildopa, “fármaco antiguo pero muy bien testado sobre todo en el primer trimestre del embarazo”, y posteriormente se puede conjugar un alfabloqueante y un calcio antagonista. “A pesar de la escasez farmacológica, somos capaces de controlar a la mayoría de las mujeres con hipertensión”.
Desde hace unos años, la investigación sobre por qué se produce HTA en la gestación ha empezado a moverse. A día de hoy, lo que se sabe de la fisiopatología de la pre eclampsia es que “parece derivarse de una inadecuada placentación”, indica Pérez, quien explica que, en las pacientes con sospecha de que pueden derivar en una pre eclampsia durante la gestación se administra, al principio del embarazo, ácido acetilsalicílico (aspirina) a dosis muy bajas para reducir las posibilidades de aparición y complicación.
“Este fenómeno es actualmente objeto de múltiples estudios porque, en realidad, para la pre eclampsia es esencial controlar la tensión, pero alteración no la curamos. Se resuelve cuando acaba la gestación porque su origen es la gestación. En este sentido, existen muchas investigaciones cuyo objetivo es lograr que se produzca”, señala.
La pre eclampsia no se cura porque su origen es la gestación. Hay múltiples investigaciones para entender esa relación
Martell concluye que el objetivo actual de las intervenciones en este ámbito es que la gestante no llegue a desarrollar una pre eclampsia grave. “En las examinadas y monitorizadas en el Clínico por ambas unidades desde el principio del embarazo, se ha conseguido que ninguna presente la complicación. Ahora bien, las pre eclampsias siguen produciéndose; lo que intentamos es que se mantengan en leves para que no haya un adelanto del parto u otras complicaciones. Y el porcentaje en el que se consigue es elevado”.
agosto 01/2021 (Diario Médico)