El hambre, la falta de agua y las enfermedades afectarán a decenas de millones de personas suplementarias en las próximas décadas, según el borrador de un informe de la Organización de Naciones Unidas (ONU), que expone las consecuencias del cambio climático sobre la salud.

calentamiento globalSi bien las decisiones políticas que se tomen ahora podrían reducir estos impactos, muchos de ellos son inevitables a corto plazo, indica el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) de la ONU en su informe preliminar del que la AFP obtuvo una copia.

Esta alerta de los efectos en cadena que provocarán las cosechas infructuosas, la pérdida del valor nutricional de los productos básicos y el aumento constante de los precios de los alimentos entre las poblaciones más vulnerables.

Así, un bebé nacido hoy podría verse confrontado a múltiples amenazas climáticas antes de cumplir 30 años, en función del nivel de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero.

El IPCC afirma por ejemplo que hasta 80 millones de personas suplementarias sufrirán hambre en 2050, año en que por ejemplo hasta el 40 % de las regiones de arrozales de India podrían haber perdido en productividad.

Los cultivos de maíz en el mundo declinaron un 4 % desde 1981 debido al cambio climático, cuyos efectos en África Occidental redujeron los de mijo y sorgo de 20 % y 15 %, respectivamente.

En los últimos 50 años, también aumentó de forma constante la frecuencia de las pérdidas repentinas de cosechas.

«La base de nuestra salud se apoya en tres pilares: los alimentos que comemos, el acceso al agua y la vivienda», dijo a la AFP María Neira, directora del Departamento de Salud Pública y Determinantes Medioambientales y Sociales para la Salud de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

«Los tres son totalmente vulnerables y están al borde del colapso».

El valor nutricional de los alimentos básicos también está en declive.

La cantidad de proteínas contenidas en productos como el arroz, la harina y las patatas caerá entre 6 % y 14 %, por lo que casi 150 millones de personas más sufrirán una deficiencia.

A medida que suban las temperaturas, también se acrecentará la falta de micronutrientes esenciales.

En cuanto a la inflación, los precios de los alimentos aumentarán casi un tercio hasta 2050, lo que situará a otros 183 millones de personas al borde del hambre crónica.

El 80 % de la población con riesgo de sufrir hambre se halla en África y en el sudeste de Asia. En estos dos continentes, el número de niños con malnutrición y problemas de desarrollo aumentará de 10 millones para mediados de siglo.

Actualmente, la mitad de la población mundial no tiene un acceso garantizado al agua.

Esta lacra causará los desplazamientos internos de entre 30 y 140 millones de personas en África, sudeste de Asia y América Latina en 2050.

El deshielo de los glaciares montañosos, fuente esencial para 2 000 millones de personas, «ya alteró significativamente el ciclo del agua», y podría «crear o exacerbar tensiones» para el acceso al agua, según el informe.

Los costos de este impacto climático reducirán el PIB mundial de medio punto porcentual para 2050.

La falta de acceso al agua potable provocará «desplazamientos y migraciones masivas: tenemos que tratar estos problemas en su conjunto», según Neira.

El informe del IPCC estima que la mitad de la población mundial podría verse expuesta a patógenos como el dengue, la fiebre amarilla y el zika en 2050, a medida que el calentamiento amplía las zonas habitables para mosquitos y otras especies vectoras de enfermedades.

El paludismo y la enfermedad de Lyme podrían volverse más graves y el número de muertes infantiles por diarrea podría aumentar.

También aumentarán «de forma sustancial» las enfermedades asociadas con la calidad del aire y la exposición al ozono.

El informe subraya a la vez que mientras la pandemia del covid-19 mostró los beneficios de la cooperación internacional, también evidenció la vulnerabilidad de muchos países a la hora de hacer frente a futuras catástrofes ligadas con el cambio climático.

«La COVID ha puesto al descubierto las fallas de nuestro sistema de salud», según Stephanie Tye, del World Resources Institute’s Climate Resilience Practice, que no participó en el informe del IPCC.

«Los efectos y choques climáticos aumentarán todavía más la presión sobre los hospitales y por periodos mucho más largos», agrega.

junio 23/2021 (AFP) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

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