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La Cirugía Plástica, Reparadora y Estética es una de las especialidades médicas más complejas que, básicamente, se ocupa de corregir todo proceso que requiera reparación o reposición y que afecte a la forma y/o función corporal. Esta especialidad es de vital importancia en la recuperación de muchas enfermedades, como algunas oncológicas, malformaciones o accidentes graves.
En los últimos cinco años, sus profesionales han participado y asistido a novedades científico-quirúrgicas que, por ejemplo, y en el ámbito de la cirugía reparadora, se ha ido desarrollando en el campo de la ingeniería de tejidos.
“Ahora somos capaces de crear pequeñas mamas en el laboratorio con células de la propia paciente. En un futuro no muy lejano se realizarán trasplantes de tejido compuesto sin necesidad de acudir a un cadáver. En lo que se refiere a la cirugía estética, se están desarrollando nuevos materiales biocompatibles, así como técnicas quirúrgicas menos invasivas. El trasplante de grasa autóloga se ha expandido mucho en el aumento facial y remodelado corporal”, explica José Luis Vila Moriente, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Plástica, Reparadora y Estética (SECPRE), cuyos profesionales desarrollaron entre el 21 y 22 de mayo, el I Congreso ‘online’ de esta sociedad, el mayor de Europa de sus características que ha reunido a más de 80 ponentes, nacionales e internacionales, y a más de 400 cirujanos plásticos.
El apoyo tecnológico
A su juicio, las nuevas tecnologías también están jugando un destacado papel como apoyo a las grandes intervenciones, aportando notables beneficios para profesionales y pacientes. Algunos de los ejemplos se dirigen hacia las “técnicas de linfografía, que han contribuido a desarrollar enormemente la cirugía del linfedema. Gracias al TAC multiplanar podemos diseñar colgajos de perforantes para reconstruir defectos de forma menos agresiva. Finalmente, hoy podemos hablar no ya de microcirugía sino de supermicrocirugía que nos permite reconstruir funcionalmente defectos complejos”.
Uno de las áreas más complejas es de la reparación de las secuelas originadas por procesos tumorales. Según Vila Moriente, en el ámbito oncológico “ha sido fundamental el que los cirujanos plásticos formemos parte de las unidades de tratamiento de tumores en cabeza y cuello o sarcomas en miembros. El cirujano plástico es concebido ahora como parte fundamental del tratamiento multidisciplinar del cáncer. Ahora se puede ser más agresivo quirúrgicamente porque la reconstrucción que desarrollamos es también funcional. Un ejemplo es la reparación del esófago completo por medio del intestino delgado o el trasplante de un peroné para reconstruir una mandíbula”.
En el ámbito oncológico, ahora se puede ser más agresivo quirúrgicamente porque la reconstrucción es también más funcional.
No menos relevante es el abordaje y tratamiento de los grandes quemados, ámbito en el que el papel que juega el cirujano plástico “es totalmente primordial, es el líder del equipo interdisciplinar que saca adelante a este tipo de pacientes; es como un director de orquesta, en el que hay intensivistas, anestesistas, rehabilitadores, nutricionistas, enfermería y por supuesto, cirujanos plásticos”, considera el presidente de SECPRE.
Desbridamiento enzimático en grandes quemados
A su juicio, el mayor avance en los últimos años en dicho tratamiento ha sido el desbridamiento enzimático mediante bromelaína -fármaco obtenido a partir del tallo de la planta de la piña-, “hecho que permite eliminar grandes porcentajes de quemadura en muy poco tiempo, sin poner en peligro la vida del paciente, reduciendo la necesidad de transfusión sanguínea y la aparición del síndrome inflamatorio de respuesta sistémica, típico en estos pacientes».
A ello se unen una serie de avances -sustitutos epidérmicos y dérmicos- en el campo de la medicina regenerativa que nos permiten que el paciente se ‘autorregenere’, obteniendo unos resultados tanto funcionales como estéticos impensables hace unos años. Tampoco hay que olvidar que se está muy cerca de conseguir, a cinco años vista, la impresión de piel mediante tecnología de inyección 3D, lo que será una revolución en el tratamiento de este tipo de pacientes tan complicados”.
Esta especialidad es también insustituible en el tratamiento de ciertas enfermedades y malformaciones congénitas, ya que, a pesar de que existen muchas enfermedades y malformaciones congénitas que pueden ser tratadas por diferentes especialidades, “la cirugía plástica es insustituible en la forma de tratar los tejidos blandos y la capacidad de hacer frente a reconstrucciones más complejas. La figura del cirujano plástico es fundamental en el tratamiento de las fisuras labio palatinas, de la parálisis facial congénita, las malformaciones de mano, entre otras muchas otras enfermedades”, señala Vila Moriente quien subraya que “si tuviéramos que escoger una enfermedad en la que realmente nuestra especialidad es insustituible sería la reconstrucción auricular porque es una combinación de técnica y arte a partes iguales y en esa mezcla, la cirugía plástica destaca enormemente”.
El papel de estos profesionales es fundamental en la forma de tratar los tejidos blandos y la capacidad de reconstrucciones más complejas, como la auricular
El futuro, en términos quirúrgicos, de la especialidad parece que se encaminará, a partir de este momento, hacia cirugías menos invasivas con materiales más tolerables a largo plazo en ámbito de la cirugía estética.
“Aquí, la colaboración con ingenieros biomédicos va a ser fundamental en los próximos años”, subrayando que la cirugía plástica del futuro “va a desarrollarse claramente en el ámbito de la ingeniería tisular. Existen grupos en España, Europa y Estados Unidos que están creando órganos a partir de las propias células del paciente. El campo de las prótesis biónicas va a desplazar el trasplante de manos en un futuro no muy lejano”.