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Cada vez fuman menos personas en Alemania, pero los fumadores de los últimos años están pagando ahora la factura, con una cifra en aumento de tumores en las vías respiratorias o afecciones pulmonares, informó la Oficina Federal de Estadísticas.
Para el Día Mundial sin Tabaco, que se conmemora hoy lunes, las organizaciones sanitarias reclaman más compromiso de parte de los políticos. Una Alemania libre de tabaco de aquí a 2040 no es una utopía, aseguran.
Primero, la buena noticia: el consumo de tabaco per cápita en Alemania está bajando. Si en 2011 cada adulto consumía un promedio de 1 305 cigarrillos al año, en 2020 fueron 1 063, según cifras provisorias, una caída del 19 por ciento, según la Oficina Federal de Estadísticas con sede en Wiesbaden.
Pero, según un microcenso de 2017, uno de cada cuatro hombres (26 por ciento) y casi una de cada cinco mujeres (19 por ciento) siguen fumando.
Una mirada a los hospitales muestra una imagen terrible: según las estadísticas, en 2019 fueron tratadas en hospitales en total 458 000 personas en Alemania por enfermedades relacionadas específicamente con el tabaco. Un 18 por ciento más que en 2010.
De ellos, 211 300 casos fueron de cáncer de pulmón, bronquios, laringe o tráquea. Otros 246 700 casos tuvieron que ver con EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica).
Según las estadísticas, Unas 77 600 personas en Alemania murieron en 2019 como consecuencia de enfermedades vinculadas al tabaquismo. El cáncer de pulmón y bronquios fue la tercera causa de muerte en general con 45 000 casos. La EPOC la sexta más común, con más de 31 000 muertos.
Menos fumadores, más daños a la salud: lo que a primera vista parece contradictorio es solo un desfase temporal. «El aumento de ingresos hospitalarios relacionados con el tabaquismo es atribuible al comportamiento de las últimas décadas», explica Martina Pötschke-Langer, presidenta de la junta directiva de la alianza No Fumar.
Una generación de fumadores empedernidos «está pagando ahora la factura de su consumo», añadió.
La Sociedad Alemana de Neumología y Medicina Respiratoria (DPG) advierte de que, con la pandemia de coronavirus, se sumó otro riesgo: no está claro si los fumadores se contagian más fácilmente, pero sí que son más habituales en esos casos los procesos graves e incluso mortales de la enfermedad.
Según los especialistas, los cigarrillos electrónicos no son una buena alternativa. Los peligros para la salud de estos cigarrillos son elevados, porque muchas veces con ellos se absorben sustancias tóxicas como plomo o cromo en los pulmones y la sangre, advierte la DPG.
Además, añade, la gran cantidad de sustancias añadidas y aromatizantes hace casi imposible un control de calidad.
Por otra parte, advierte, muchos fumadores que se pasan al cigarrillo electrónico también siguen fumando tabaco. Por eso, la DPG reclama que para los cigarrillos electrónicos valgan las mismas limitaciones y reglas impositivas que para los cigarrillos tradicionales.
Michael Baumann, presidente de la junta directiva del Centro Alemán de Investigación del Cáncer (DKFZ), señala que Alemania está última en Europa en cuanto al control del tabaco. «Los políticos deben comprometerse claramente con la limitación del consumo de tabaco y así proteger la salud de la población».
Junto con otras 50 organizaciones de la salud, el DKFZ presentó una «estrategia para una Alemania libre de tabaco en 2040″.
En concreto, la idea es que en 20 años consuman productos de tabaco o cigarrillos electrónicos menos del cinco por ciento de los adultos y menos del dos por ciento de los jóvenes.
Los autores están convencidos de que «no es una utopía». E hicieron propuestas concretas de cómo poder alcanzar esa meta: con prohibición de publicidad y empaquetado genérico, disponibilidad limitada y aumento de impuestos, mejor información y ofertas de ayuda gratuita.
mayo 30/2021 (dpa) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.