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India afronta un brutal pico de infecciones de la COVID-19, potenciado por algunas festividades religiosas que incluyen ritos masivos y una cepa propia que se ha gestado en su población, que quedó graficada de modo espeluznante con 273 810 nuevos casos en 24 horas.
Con esas cifras, el número total de infecciones que han surgido desde el inicio de la pandemia trepa a más de 15 millones, datos que hacen que el país sea el segundo a escala mundial en propagación del coronavirus después de Estados Unidos.
El número de víctimas también sigue aumentando: 1 619 fallecieron el último día, para un total de 178 769 desde el inicio de la peste.
Ante esto, Nueva Delhi entra en bloqueo esta noche durante una semana, anunció el gobernador Arvind Kejriwal, que busca desesperadamente contrarrestar la ola frenética de casos de COVID.
La capital india, que ha alcanzado el récord de más de 23 mil nuevos positivos en las últimas 24 horas, y es la ciudad más afectada de toda la India, está tratando de ponerse a cubierto.
Las unidades de cuidados intensivos ya se están derrumbando, no hay oxígeno para los respiradores y las camas de los hospitales están a punto de agotarse. Desde hace días, las ambulancias con pacientes en espera de hospitalización están estacionadas durante horas frente a los hospitales más grandes de la ciudad.
Los expertos predicen que el bloqueo recién decidido no durará ni una semana. Según informa la prensa local, desde el anuncio de cierre, las tiendas han sido asaltadas por ciudadanos que se apresuran a comprar todo aquello que puede escasear.
A la agresividad de la nueva cepa india, se suman los tradicionales rituales religiosos en el país asiático que se cumplen sin recaudos ni distanciamientos.
En medio de un nuevo brote de infecciones, surgen controversias y tensiones en torno a la decisión de suspender el Khumba Mela, el festival tradicional que lleva a miles de devotos a lanzarse a las aguas del río Ganges.
Los agentes de seguridad de la ciudad sagrada de Haridwar, a orillas del río, donde tiene lugar la romería, están alarmados: tras el baño de la semana pasada, en el que cientos de miles de fieles se sumergieron todos juntos.
Ahora, se están diagnosticando más de mil casos positivos de la COVID por día y al menos tres sacerdotes murieron. Pero los líderes de tres congregaciones hindúes menores no aceptan la suspensión del evento decidida por las autoridades la semana pasada para frenar los contagios.
«Para nosotros el Khumba Mela aún no ha terminado», aseguran. El periódico Hindustan escribe que Mahant Hari Giriil, secretario general de Akhil Bhartiya Akhada Parishad, una de las tres congregaciones «rebeldes», dijo que «el Khumba Mela no será interrumpido».
«Continuaremos con los ritos prescritos por el calendario según la tradición, hasta el 30 de abril. Sin embargo, dado el peligroso salto de la pandemia de la COVID-19, nuestros grupos religiosos se comprometen a respetar las reglas de precaución», añadió.
En tanto, a la suspensión del viaje del premier británico Boris Johnson, se suma que el gobierno de Hong Kong ha decidido suspender los vuelos desde India, Pakistán y Filipinas a partir del martes 20 de abril, considerando que estos países tienen un «riesgo extremadamente alto» después de que se detectaran por primera vez en la isla una serie de nuevos casos de variantes de coronavirus importadas.
Recientemente se encontraron 30 nuevos casos de COVID-19 en esa ciudad, 29 de los cuales fueron importados y es el mayor número de nuevos contagios registrados en un día desde el pasado 15 de marzo.
También Reino Unido se apresta a declarar a India como país en «zona roja«.
abril 19/2021 (ANSA) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.