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La reorganización del lóbulo frontal, similar a la de los humanos actuales, evolucionó mucho más tarde de que la especie saliera del continente africano, según un estudio publicado en Science.
Los cerebros de los humanos modernos y de los grandes simios difieren en tamaño, forma y organización cortical. Esto es evidente, sobre todo, en las áreas del lóbulo frontal que participan en tareas cognitivas complejas características de los comportamientos humanos, como la cognición social, el uso de herramientas y el lenguaje.
El momento en que surgieron dichas diferencias durante la evolución humana sigue siendo objeto de debate, debido a que para conocer la evolución del cerebro en las primeras especies de homínidos se necesitan vestigios fósiles, y los tejidos cerebrales rara vez se fosilizan.
Un estudio liderado por la Universidad de Zúrich (Suiza) apunta ahora que los primeros humanos desarrollaron una organización cerebral moderna, similar a la de los humanos actuales, después de la primera dispersión africana.
“Muchos científicos han asumido tradicionalmente que un cerebro similar al humano surgió más o menos al mismo tiempo que el género Homo. El hecho de que el cráneo de los primeros Homo no fuera tan desarrollado como se pensaba nos hace comprender que la evolución de nuestro cerebro fue bastante más compleja y pasó por varias etapas”, dice a SINC Marcia Ponce de León, investigadora de la Universidad de Zúrich que lidera el estudio.
Según el análisis de los cráneos de los primeros Homo de África y Asia occidental hallados en el yacimento de Dmanisi (Georgia), su cerebro conserva una organización primitiva del lóbulo frontal, similar a la de los grandes simios. En cambio, los Homo africanos de hace menos de 1,5 millones de años, así como todos los Homo erectus del sudeste asiático, presentan una mayor organización cerebral.
“Los primeros Homo tenían cerebros ancestrales similares a los de los australopitecinos y simios antropomorfos, pero este cerebro era capaz de realizar hazañas sorprendentes: la migración de África a Eurasia, la producción y uso de diversas herramientas, la explotación de fuentes de alimentación animal (consumían carne) y el cuidado de los miembros del grupo que lo necesitaban”, continúa la científica.
Una evolución de hace entre 1,7 y 1,5 millones de años
Los cráneos analizados para este estudio pertenecen al grupo de Homo erectus. “Creemos que lo más adecuado es utilizar únicamente este término, simplemente porque otras clasificaciones (H. habilis, H. ergaster, H. rudolfensis) han sido difíciles de aplicar de forma coherente al registro fósil. Hay tantas atribuciones de fósiles individuales a estas categorías como investigadores que se ocupan de este tema”, añade.
Los científicos pudieron constatar que un cerebro similar al de los humanos modernos evolucionó en el periodo entre 1,7 y 1,5 millones de años. «Las pruebas fósiles actuales sugieren que esto ocurrió en África”, asegura la experta.
Los homínidos con cerebros similares al humano moderno también aparecen en el sudeste asiático poco después de 1,5 millones de años, lo que apunta a una segunda dispersión desde África alrededor de esta fecha.
“Hemos demostrado que las áreas cerebrales de los lóbulos frontales relacionadas con estas funciones incrementaron su tamaño en este periodo”, subraya.
Por tanto, este estudio indica que la reorganización cerebral moderna similar a la humana actual no era un rasgo necesario para el género Homo, ni un requisito previo para sus primeras dispersiones en Europa y Asia.
Referencia:
M.S. Ponce de León et al. «The primitive brain of early Homo». Science.