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Experimentos de laboratorio realizados en la Universidad de Campinas (Unicamp), en Brasil, indican que los anticuerpos presentes en el plasma sanguíneo de personas que ya tuvieron la COVID-19 y se recuperaron son unas seis veces menos eficientes para neutralizar a la variante brasileña del SARS-CoV-2, denominada P.1., que el llamado linaje B, que circuló en el país durante los primeros meses de la pandemia.
El estudio durante el cual se concretaron dichos trabajos muestra también que el plasma extraído de individuos que recibieron la segunda dosis de la vacuna CoronaVac hace alrededor de cinco meses exhibe una baja cantidad de anticuerpos capaces de neutralizar al nuevo coronavirus, tanto al linaje B como a la variante P.1.
Dicho agente inmunizante, desarrollado por el laboratorio chino Sinovac Biotech en colaboración con el Instituto Butantan, viene aplicándose en el marco de la campaña nacional de vacunación de Brasil desde la segunda mitad del mes de enero. Estos datos se dieron a conocer en la plataforma Preprints with The Lancet el pasado 1 de marzo, y aún se encuentran en proceso de revisión por pares.
“Lo que sugieren estos resultados preliminares es que tanto las personas que ya tuvieron la COVID-19 como las que se vacunaron pueden infectarse con la nueva variante P.1. y, por tal motivo, no deben descuidarse”, advierte José Luiz Proença Módena, docente del Instituto de Biología de la Unicamp (IB-Unicamp) y coordinador de la referida investigación.
Según el investigador, este fenómeno es común y sucede también con otras vacunas; y hace que algunos virus sigan circulando incluso después de que una población ha sido inmunizada. “Bajo ninguna hipótesis esto sugiere que la vacuna no funciona”, afirma. Los experimentos que se describen en el artículo se realizaron con el apoyo de la Fundacion de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – FAPESP en el Laboratorio de Estudios de Virus Emergentes (Leve) del IB-Unicamp, que posee nivel 3 de bioseguridad (NB3) y cuya administración se encuentra a cargo de Proença Módena. Colaboradores del Centro Brasil-Reino Unido para el Descubrimiento, el Diagnóstico, la Genómica y la Epidemiología de Arbovirus (CADDE) le suministraron al grupo 20 muestras de secreciones nasofaríngeas de pacientes infectados con la variante brasileña, las cuales se inocularon en cultivos celulares susceptibles al SARS-CoV-2. La presencia del linaje P.1. en las muestras de los pacientes se confirmó mediante la secuenciación del genoma viral.
Dos aislados de la variante P.1. extraídos de cultivos infectados in vitro se utilizaron en los test de neutralización realizados con el plasma tanto de personas convalecientes como de personas vacunadas. “Contábamos con una colección de plasma donado por personas que se recuperaron de la COVID-19, y todas las muestras tenían altas cantidades de anticuerpos neutralizantes. Ese material se extrajo y se analizó originariamente para el tratamiento de pacientes en estado grave [un método conocido como transfusión pasiva de inmunidad o terapia con plasma de convaleciente]”, comenta Proença Módena.
Las muestras de plasma de convaleciente, extraídas entre dos y tres meses después de la infección, se testearon simultáneamente contra el linaje B y contra la variante P.1. Los resultados indican que el potencial de neutralización frente a la nueva cepa fue seis veces menor en promedio. “Es un valor que llama la atención”, dice Proença Módena. “En el caso del influenzavirus [causante de la gripe], por ejemplo, cuando de un año a otro surge una nueva variante que es seis veces menos neutralizada por los anticuerpos, se considera que existe escape inmune y que es necesario actualizar la vacuna.”
Hay que realizar más estudios
Los experimentos de neutralización con el plasma de individuos vacunados se realizaron con muestras extraídas de ocho voluntarios que participaron en el ensayo clínico de fase III de la vacuna CoronaVac. La inmunización se concretó entre los meses de agosto y septiembre de 2020.
Tal como los ensayos clínicos de fase II ya lo habían indicado, la cantidad de anticuerpos neutralizantes presentes en la sangre de los vacunados disminuye acentuadamente al cabo de aproximadamente seis meses. De este modo, en las pruebas in vitro realizadas en la Unicamp, el efecto de neutralización del plasma sanguíneo fue pequeño tanto contra el P.1. como contra el linaje B. No obstante, los científicos destacan que estos resultados deben interpretarse con cautela, pues los anticuerpos neutralizantes constituyen tan solo uno de los componentes del sistema inmunológico.
«Otros elementos de protección que la vacuna puede inducir fuertemente, como en el caso de la inmunidad celular, probablemente aún son capaces de evitar que los inmunizados desarrollen la enfermedad, fundamentalmente las formas más graves. Sin embargo, todo indica que los vacunados no están exentos de infectarse y de transmitir el virus”, sostiene Proença Módena.
Según el investigador, la cantidad de individuos evaluados en el estudio es pequeña y los resultados no son lo suficientemente robustos como para establecer alguna conclusión relacionada con la eficacia de la vacuna CoronaVac contra la variante brasileña del nuevo coronavirus. “Es necesario realizar estudios más profundos para evaluar tanto la eficacia de la CoronaVac como la de las otras vacunas contra el P.1.”, dice.
Los autores remarcaron también que las medidas de higiene y distanciamiento social siguen siendo esenciales para controlar la propagación del virus, incluso entre personas que se infectaron previamente o que ya han sido vacunadas. “Estas medidas son importantes para evitar posibles casos de reinfección, especialmente con los nuevos linajes emergentes”, afirman.
Participaron en las pruebas el becario William Marciel de Souza, la maestranda Karina Bispo dos Santos, la becaria de iniciación a la investigación científica Camila Lopes Simeoni y la doctoranda Pierina Lorencini Parise. En total, tomaron parte en esta investigación científicos de diez universidades, entre ellas la Unicamp y la Universidad de São Paulo (Brasil), la University of Oxford (Reino Unido) y la Washington University in St. Louis (Estados Unidos). Aparte de la FAPESP, el grupo recibió recursos del Medical Research Council (Reino Unido), de la Fundación de Desarrollo de la Unicamp (Faepex), de diversas áreas del gobierno federal brasileño (el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación, la Financiadora de Estudios y Proyectos, el Consejo Nacional de Desarrollo Científico y Tecnológico y la Coordinación de Perfeccionamiento del Personal de Nivel Superior) y de los National Institutes of Health (Estados Unidos).