La respuesta inmune del cuerpo juega un papel crucial en el curso de una infección SARS-CoV-2. Además de los anticuerpos, las llamadas células T ‘asesinas’ también son responsables de detectar virus en el cuerpo y eliminarlos.

Linfocito TCD8Los científicos del Centro de Investigación CeMM de Medicina Molecular de la Academia Austriaca de Ciencias y de la Universidad Médica de Viena han demostrado ahora que el  SARS-CoV-2 puede hacerse irreconocible ante la respuesta inmune de las células T ‘asesinas’  a través de mutaciones. Los resultados de los grupos de investigación de Andreas Bergthaler, Judith Aberle y Johannes Huppa proporcionan pistas importantes para el desarrollo posterior de vacunas y fueron publicados en la revista Science Immunology.

Después de un año de la pandemia, está surgiendo un panorama cada vez más claro para la ciencia y la medicina sobre cómo la respuesta inmune protege a las personas del SRAS-CoV-2.

Dos protagonistas desempeñan los papeles principales: los anticuerpos y las células T ‘asesinas‘ (también llamadas células CD8 T citotóxicas). Mientras que los anticuerpos se acoplan directamente a los virus para hacerlos inofensivos, las células T asesinas reconocen fragmentos de proteína viral en las células infectadas y posteriormente los matan para detener la producción de virus.

Cada vez más estudios demuestran que el SARS-CoV-2 puede evadir la respuesta inmune de los anticuerpos a través de mutaciones y, por lo tanto, también afectar a la eficacia de las vacunas. Hasta ahora no se había aclarado si estas mutaciones también afectan a las células T ‘asesinas’ en su función.

Benedikt Agerer en el laboratorio de Andreas Bergthaler (CeMM), Maximilian Koblischke y Venugopal Gudipati de los grupos de investigación de Judith Aberle y Johannes Huppa (ambos de la Universidad Médica de Viena) han trabajado juntos estrechamente para investigar el efecto de las mutaciones virales en los llamados epítopos de células T, es decir, en regiones reconocidas por células T ‘asesinas’.

Para ello, secuenciaron 750 genomas virales SARS-CoV-2 de individuos infectados y analizaron mutaciones para detectar su potencial para alterar los epítopos de células T. «Nuestros resultados muestran que muchas mutaciones en el SARS-CoV-2 son realmente capaces de hacer esto». Con la ayuda de investigaciones bioinformáticas y bioquímicas, así como en experimentos de laboratorio con células sanguíneas de pacientes conla COVID-19, pudimos demostrar que los virus mutados ya no pueden ser reconocidos por las células T ‘asesinas’ en estas regiones», dice Andreas Bergthaler.

Centrarse en la proteína de pico podría ser demasiado limitado

En la mayoría de las infecciones naturales, varios epitopos pueden ser reconocidos por las células T ‘asesinas’. Si el virus muta en un solo lugar, es probable que otros epítopos indiquen la presencia del virus.

La mayoría de las vacunas actuales contra el SARS-CoV-2 están dirigidas exclusivamente contra la llamada proteína de pico, que es una de las 26 proteínas del virus. Esto también reduce el número de epítopos que pueden ser reconocidos por las células T ‘asesinas’.

«La proteína de pico tiene, en promedio, de uno a seis de estos epítopos de células T en una persona infectada. Si el virus muta en una de estas regiones, aumenta el riesgo de que las células infectadas no sean reconocidas por las células T ‘asesinas'», explica Johannes Huppa. Judith Aberle destaca: «Especialmente para el posterior desarrollo de vacunas, tenemos que vigilar de cerca cómo muta el virus y qué mutaciones prevalecen a nivel mundial. Actualmente, vemos pocos indicios de que las mutaciones en los epítopos de células T ‘asesinas’ se estén extendiendo cada vez más».

Los autores del estudio no ven ninguna razón en sus datos para creer que el SARS-CoV-2 puede evadir completamente la respuesta inmune humana. Sin embargo, estos resultados proporcionan información importante sobre cómo el SARS-CoV-2 interactúa con el sistema inmunitario. «Además, este conocimiento ayuda a desarrollar vacunas más eficaces con el potencial de activar tantas células T ‘asesinas’ como sea posible a través de una variedad de epítopos. El objetivo son las vacunas que desencadenan la neutralización de las respuestas de anticuerpos y células T ‘asesinas’ para una protección lo más amplia posible«, dicen los autores del estudio.

marzo 26/2021 (Redacción Médica)

 

marzo 27, 2021 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Coronavirus, COVID-19, Cuidados críticos, Cuidados Intensivos, Enfermedades Respiratorias, Enfermedades transmisibles |

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