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Expertos alemanes se mostraron moderadamente optimistas sobre la efectividad de la administración de plasma de convalecientes a determinados enfermos de la COVID-19.
En toda Alemania las clínicas universitarias trasfunden desde abril plasma de personas que ya superaron la enfermedad y formaron anticuerpos contra el coronavirus.
El Instituto Paul Ehrlich (PEI) autorizó en la primavera (boreal) un estudio al respecto, en el que participaron hospitales de todo el país.
En la Clínica Universitaria de Ratisbona fueron tratadas unas 90 personas con ese método desde abril. «La transfusión de plasma de convaleciente no es un remedio milagroso», dijo a modo de balance Thomas Müller, director de la unidad de cuidados intensivos de la clínica.
Pero añadió que para determinados pacientes puede ser una medida de apoyo. Eso vale sobre todo para pacientes que se encuentran en un estadio temprano de la enfermedad y en los que la COVID-19 se presenta con una gravedad media.
En el Instituto Robert Koch (RKI) se dice que la inmunización pasiva se utilizaba ya para la contención de enfermedades como poliomielitis, paperas y sarampión, así como hace unos años contra el SARS. Los anticuerpos que neutralizan determinados virus «parecen tener un papel clave en la eliminación del virus«.
Añadió que en el plasma sanguíneo se encuentran además entre otras cosas proteínas como las citoquinas, que combaten infecciones, de manera que una transfusión en casos de la COVID-19 «puede ser beneficiosa».
diciembre 23/2020 (dpa).- Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.