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De las 500 000 mujeres que son diagnosticadas anualmente con cáncer de cuello uterino en el mundo, 300 000 mueren. Factores como la pobreza, el bajo acceso a los servicios de salud y las falencias en la educación, son las principales causantes de este panorama. Y hay más: la Organización Mundial de la Salud advirtió que, de no implementarse una alternativa para prevenir esta enfermedad, estas cifras se doblarán para 2030.
La investigación ‘Triaje de metilación eficaz de mujeres VPH positivas con citología anormal en un país de ingresos medios‘, de la doctora Gloria Inés Sánchez Vásquez, coordinadora del grupo de Infección y Cáncer de la Facultad de Medicina y publicado en la revista Internacional Journal of Cancer, plantea que a través de la metilación del ADN del VPH- proceso biológico mediante el cual se agregan grupos metilo a la molécula de ADN, lo cual puede cambiar la actividad de un segmento de ADN sin alterar la secuencia, y que cuando se encuentra en un promotor de gen, actúa típicamente para reprimir la transcripción del mismo- se puede conocer la tendencia de un cuerpo a desarrollar la característica inherente a una lesión carcinogénica de alto grado.
«La metilación permite saber cuáles células del cérvix sufren cambios moleculares que indican que se va a desarrollar este cáncer, con al menos 10 años de antelación, lo cual puede realizarse el tratamiento en el momento de la detección misma y no cuando aparece la enfermedad. Con este procedimiento se evitan pruebas de detección con altos costos, como la colposcopia y la biopsia, que muchas veces no llegan a las zonas rurales y remotas», explicó Sánchez Vásquez, quien además es parte del ‘Dream Team’ de la Organización Mundial de la Salud para la erradicación del Virus del Papiloma Humano en el mundo.
En medio de un estudio para la implementación de la prueba del Virus del Papiloma Humano(VPH) a 1 500 mujeres del municipio de Apartadó, la investigadora identificó las dificultades que se tienen para realizar biopsias en esta región. Por ello, en alianza con el Instituto Nacional de Cáncer desarrolló un algoritmo que permite tratar a las mujeres inmediatamente después de la prueba, identificando los genotipos del VPH con el que en cada caso la mujer está infectada. A aquellas que tenían alto riesgo, se les aplicaron técnicas de termo ablación, procedimiento que a través del calor elimina el tejido con la infección.
«Esta es una enfermedad marcada por el bajo acceso a los servicios de salud, en la que el 90 % de los casos y muertes se presentan en las regiones del mundo con mayor nivel de pobreza. En Colombia es igual el panorama», sintetizó la investigadora, que por más de veinte años se ha focalizado en trabajar desde la perspectiva de la investigación para una efectiva atención en salud pública, que impacte a las poblaciones más vulnerables y remotas.
Una enfermedad ligada a la inequidad
Aunque en el panorama mundial Colombia se encuentra en tercera línea, si se observan las cifras regionales, su situación es similar a la de África, donde de dan los mayores índices. Los datos más actuales de Antioquia, evidencian que la prevalencia de este cáncer se da en Urabá, Bajo Cauca y Magdalena Medio, regiones marcadas por el conflicto, el bajo acceso a servicios de salud y las zonas de difícil acceso.
Esta es una estrategia revolucionaria para el actual sistema de salud, ya que plantea soluciones para las habitantes de esas zonas remotas en las que no se tienen recursos tecnológicos ni de talento humano para diagnóstico de esta enfermedad: con la prueba de metilación podríamos obviar ese paso, porque conoceríamos el perfil de aquellas mujeres que tienen mayor riesgo de tener lesiones pre cancerosas de cérvix y a estas podría aplicárseles de manera precoz crioterapia o la termo ablación, sin necesidad de desplazarlas a las áreas urbanas.
Existe una guía internacional para tratar el VPH, sin embargo, esta conlleva el riesgo de manejos inadecuados y aumenta el número de colposcopias y biopsias en los sistemas de salud, una de las ventajas de la metilación es que se enfoca solo en quienes tienen el riesgo de lesiones carcinogénicas de alto grado.
Sánchez Vásquez enfatizó en la necesidad de que la medicina y la investigación garanticen que estos desarrollos tengan un impacto en la sociedad, para lo cual es necesaria la comprensión del funcionamiento del sistema de salud y sus tomadores de decisiones, y el impulso de sistemas que empoderen a las mujeres, para que estas sean las guardianas y protectoras de su salud.
En estos sentidos, desde el Grupo de Infección y Cáncer se están generando una serie de módulos educativos que expliquen la pertinencia de esta implementación. El gran reto, que podría marcar la diferencia ante esta problemática, es que se avale el uso de los mismos medios de recolección de la prueba de VPH para obtener este el perfil de las pacientes en riesgo.