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La mayor parte de compañías farmacéuticas de todo el mundo están volcadas en encontrar un tratamiento médico que sirva y sea eficaz para frenar la agresividad del coronavirus en los pacientes y así se reduzca la mortalidad hasta que llegue la ansiada vacuna. A pesar de que a día de hoy no existe un tratamiento específico, sí se están dando avances desde un punto de vista farmacológico (administrar un antiviral de una forma u otra, aplicar anticoagulantes, y otros) como desde un nuevo manejo para evitar la propagación en el hospital.
Estos avances están siendo aprovechados para otros virus que ya existían antes de la COVID-19, como puede ser la gripe o una neumonía convencional, pero también van a ayudar a tratar nuevas enfermedades respiratorias. Así lo explican Germán Peces Barba, vicepresidente neumólogo de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ); y José Manuel Ramos Rincón, coordinador del Grupo de Enfermedades Infecciosas de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI).
Ambos explican que con el SARS y el H1N1 se descubrieron avances en el tratamiento que ahora se están empleando, incluso del campo de la prevención, como el uso de gel hidroalcohólico en los hospitales, que se empezó a implantar en el año 2009.
El tratamiento contra el coronavirus aún es «muy inespecífico»
Peces Barba explica que el tratamiento para el coronavirus es todavía «muy inespecífico» y se enfoca hacia las complicaciones que provoca al paciente. En este sentido indica que se ha avanzado en «una protección de tratamiento antibiótico que se pone si hay algún criterio de sobre infección bacteriana», mientras que al principio de la pandemia se daba a todos los pacientes, ahora solo si hay sospecha.
Otra medida que se utiliza ahora de forma muy precoz es la anticoagulación profiláctica, cuando hay un ingreso de varios días y se asocia a la posibilidad de trombos de un paciente que lleva tiempo inmovilizado y postrado en la cama. Asimismo, se están utilizando fármacos para disminuir la respuesta inflamatoria del pulmón, «que es la que daña el órgano, como los corticoides de inicio, que no están del todo aceptados en las neumonías convencionales, pero que con el coronavirus se están empleando».
También Alberto Pérez Rubio, portavoz de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica, explica que lo que se está avanzando «siempre redunda en beneficio para futuras investigaciones sobre otros agentes». «Era paradigmático como se consideraba contraproducente la utilización de corticoides en infecciones virales y realmente frente a esta enfermedad se ha visto como una pieza clave en el tratamiento. Estamos muy alejados del tratamiento efectivo frente a la COVID, pero la investigación en otras dianas sin lugar a duda podrá revertir en un futuro en el tratamiento de otras patologías respiratorias».
Aprovechar los ensayos más allá de la COVID-19
El vicepresidente de Separ cree que la rapidez en los ensayos clínicos a raíz de la pandemia va a servir para tratar nuevas enfermedades más allá del coronavirus. Por un lado, «los ensayos que van dirigidos a probar fármacos antivirales juegan a favor de que podamos tener mayor capacidad terapéutica y eso va a ser beneficioso no solo para el coronavirus sino también para otros virus». «Vamos a probar otros muchos antivirales contra el coronavirus y por extensión podemos ver posibles beneficios en otros», añade.
Por otra parte, hay ensayos clínicos dirigidos al control de la respuesta inflamatoria. «Esto no es nuevo, pero nunca ha sido tan alta como lo que estamos viviendo ahora. Puede ser que estos fármacos puedan tener algún traslado al tratamiento del distrés respiratorio clásico. No podemos descartar que nos beneficiemos de la sobreactividad de los ensayos clínicos».
Sin duda otras enfermedades se van a aprovechar de los ensayos clínicos de la COVID-19
En la misma línea se muestra Ramos Rincón: «es una ayuda para otros sucesivos brotes que nos pueden pasar. Tuvimos el SARS, la gripe H1N1 de 2009 y aunque no fue esta mortalidad sí que hemos aprendido cosas que estamos aplicando ahora. En cuanto al manejo, aislamiento, cuidados, prevención, higiene de manos, guantes, distanciamiento… esto lo estamos utilizando en nuestros pacientes para evitar que se transmita a otros».
«Esto con la COVID-19 ya lo teníamos aprendido y ahora estamos aprendiendo la forma de actuar y trabajar ante una situación de una emergencia a nivel mundial». Los avances que se están dando son aplicables y sirven para otras enfermedades respiratorias transmitidas por gotas y aerosoles, por lo que se pueden extrapolar.
Por ejemplo, remdesivir ya existía como tratamiento para el virus del Ébola y con los nuevos tratamientos nos valen para otros virus que lleguen posteriormente. «No se va a quedar en un saco roto toda la investigación que se está llevando a cabo, para que la próxima no llegue a lo que ha pasado esta vez por la alta mortalidad y transmisibilidad».
diciembre 03/2020 (Redacción médica)