oct
15
Científicos del Instituto de Nanobiotecnología (NANOBIOTEC), que depende del CONICET y de la UBA, lograron expresar y purificar proteínas de coronavirus en larvas de insecto, lo cual podría servir para el desarrollo de métodos de diagnóstico, tratamientos y vacunas.
Se trata de la proteína Spike o S, que funciona como una llave para que el virus infecte a las células, explicó María Victoria Miranda, líder del proyecto e investigadora del NANOBIOTEC, con sede en la Facultad de Farmacia y Bioquímica (FFyB) de la UBA. “Su producción biotecnológica es clave”, señaló.
El proyecto tiene como objetivo producir una de las proteínas más importantes y expuestas del coronavirus en la conformación natural que adopta en el espacio, con forma de trímero, algo que hasta ahora no se ha logrado obtener en laboratorio. “A eso apuntamos”, afirmó Miranda, quien también es profesora titular de la cátedra de Biotecnología en la FFyB de la UBA.
Orugas como fábricas
El grupo de Miranda trabaja hace años en la producción de proteínas recombinantes en una plataforma basada en baculovirus (virus de genoma circular) y larvas de insectos, en especial, orugas que son plagas de cultivos.
“Utilizamos las larvas para que fabriquen proteínas de interés en el laboratorio a bajo costo y con alto rendimiento”, explicó. Así, mediante esta plataforma, su equipo ya logró la expresión de proteínas de superficie de virus de dengue que permitieron el desarrollo de métodos de diagnóstico para los 4 serotipos.
Ahora los investigadores adaptaron esa plataforma y lograron expresar y purificar Spike en larvas de insecto. Para ello, diseñaron un gen sintético de esa proteína del coronavirus el cual, una vez insertado en el genoma de larvas de insecto, posibilita la expresión de proteínas que luego se purifican.
“Estamos optimizando algunos aspectos del proceso y poniendo a punto métodos de control de calidad”, indicó Miranda.
Del proyecto también participa la Empresa Agidea SRL e investigadores del Instituto de Estudios de la Inmunidad Humoral (IDEHU), dependiente del CONICET y de la FFyB de la UBA, y del Instituto Nacional de Producción de Biológicos (INPB) que depende de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (ANLIS) “Dr. Carlos G. Malbrán”.
Los investigadores también están utilizando herramientas bioinformáticas para sintetizar fragmentos de proteínas que contengan porciones del receptor ACE2, la puerta de entrada del virus a las células, que podrían ser candidatos a terapias o vacunas.
“En lo personal, estoy profundamente emocionada y entusiasmada de haber sido una de las convocadas para dirigir este proyecto relacionado con un tema tan importante para la salud pública”, afirmó Miranda. Y agregó: “Siento un fuerte compromiso y responsabilidad para avanzar rápidamente y estoy absolutamente convencida que podemos entre todos brindar soluciones que nos permitan abordar este problema y salir de esta situación de la mejor manera posible”.
El proyecto fue uno de los seleccionados por la Agencia de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación en el marco de la Unidad Coronavirus COVID-19, un dispositivo de coordinación impulsado por el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación para hacer frente a la pandemia.
También participan del proyecto Leonardo Alonso, Federico Wolman, Silvia Camperi, Manuel Pacin, Alexandra Targovnik, Ignacio Smith Gregorio Mc Callum, Gabriela Barredo, Joaquín Birenbaum y Lucia Iglesias Garcia, de NANOBIOTEC; Silvina Valdez, Aldana Trabucchi, Silvina Bombicino, Ruben Iacono, Adriana Sabljic, y Juan Ignacio Marfia, del IDEHU; Lucia Cavallaro, de la Cátedra de Virología de la Facultad de Farmacia y Bioquímica de la UBA; Matías Fingermann, de ANLIS, y Violeta Jakubowicz y Mariano Battista, de la Empresa Agidea SRL.