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Durante décadas, los médicos han sabido que muchos tipos de células cancerosas a menudo se diseminan primero a los ganglios linfáticos antes de viajar a órganos distantes a través del torrente sanguíneo. Una nueva investigación del Instituto de Investigación del Centro Médico UT Southwestern (CRI), en Estados Unidos, proporciona información sobre por qué ocurre esto, abriendo nuevos objetivos para los tratamientos que podrían inhibir la propagación del cáncer.
El estudio, publicado recientemente en la revista Nature, encontró que las células de melanoma que pasan a través de los ganglios linfáticos recogen una capa protectora que les permite sobrevivir a altos niveles de estrés oxidativo en la sangre y luego formar tumores distantes.
La mayoría de las muertes por cáncer ocurren debido a la metástasis, cuando las células cancerosas del tumor primario se diseminan a través de los vasos sanguíneos o migran a través de los vasos linfáticos antes de ingresar a la sangre.
«La investigación anterior se ha centrado en cómo las células cancerosas hacen metástasis a través de la sangre, pero se sabía muy poco acerca de cómo estas células se comparan con las células que hacen metástasis a través de los linfáticos –explica Sean Morrison, director de IRC e investigador del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI)–. Nuestros datos sugieren que el paso por los linfáticos puede promover la supervivencia y la propagación de las células de melanoma protegiendo a las células del estrés oxidativo que normalmente experimentan durante la metástasis».
Los investigadores observaron cómo se comportaban las células de melanoma humano cuando se inyectaban por vía intravenosa o en el sistema linfático de ratones. Descubrieron que las células cancerosas inyectadas en los ganglios linfáticos tenían más posibilidades de sobrevivir y formar tumores que las inyectadas directamente en la sangre.
Los investigadores plantearon la hipótesis de que esta diferencia podría explicarse por los altos niveles de estrés oxidativo que experimentan las células cancerosas cuando migran a través de la sangre. La exposición al estrés oxidativo en la sangre es una de las razones por las que la metástasis es un proceso muy ineficaz en el que la mayoría de las células cancerosas mueren antes de tener la oportunidad de crecer en un sitio distante.
«Después de un análisis más detallado, descubrimos que el estrés oxidativo en la sangre hace que las células cancerosas sufran una forma específica de muerte celular llamada ferroptosis, dice Jessalyn Ubellacker, autora principal del estudio e investigadora postdoctoral en el Laboratorio de Morrison. En contraste, las células cancerosas en la linfa experimentan niveles más bajos de estrés oxidativo y están protegidas de la ferroptosis».
Para comprender mejor por qué las células del melanoma experimentan ferroptosis en la sangre pero no en la linfa, los investigadores buscaron diferencias metabólicas entre las células cancerosas en la sangre y las linfáticas.
Descubrieron que las células cancerosas de la linfa tenían niveles más altos de un ácido graso monoinsaturado conocido como ácido oleico, que es el componente principal del aceite de oliva. También encontraron que este ácido graso monoinsaturado se incorporó a las membranas de las células cancerosas en la linfa. Este diluye los ácidos grasos poliinsaturados en las membranas de estas células, inhibiendo las reacciones químicas que conducen a la ferroptosis y protegiendo las células.
Esta capa protectora de ácido oleico de la linfa permitió que las células cancerosas ingresaran de manera segura a la sangre, viajaran a otros lugares y formaran tumores metastásicos. Esto explica por qué las células cancerosas a menudo forman tumores primero en los ganglios linfáticos antes de metastatizar a sitios distantes a través de la sangre: pueden cargarse de antioxidantes en la linfa que protegen las células cuando posteriormente ingresan a la sangre.
«Ahora que entendemos mejor por qué las células cancerosas tienen más probabilidades de hacer metástasis inicialmente a través de la linfa, aumenta la posibilidad de tratar a los pacientes con medicamentos que se dirigen a esos mecanismos protectores en la linfa para inhibir las primeras etapas de la metástasis», apunta Morrison.
septiembre 14/2020 (Europa Press). Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.