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Los científicos reconocen la conexión entre la obesidad materna y el cáncer de hígado en la descendencia de madres obesas, sin embargo, el mecanismo no se conoce bien. En un nuevo estudio, publicado en Journal of Hepatology, los investigadores han identificado un microARN en madres obesas de ratones que parece transmitir la susceptibilidad al cáncer de hígado, lo que aumenta las probabilidades de que se desarrolle en sus descendientes y en las generaciones futuras.
Un tercio de la población mundial tiene sobrepeso u obesidad y esta epidemia mundial de obesidad amenaza la salud humana. La obesidad confiere un mayor riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas como la enfermedad del hígado graso no alcohólico (NAFLD) y el carcinoma hepatocelular (CHC).
La obesidad materna, que afecta directamente la salud de la descendencia, desempeña un papel fundamental en la epidemia de obesidad y las enfermedades metabólicas, explican los investigadores principales Ling Zheng, de la Facultad de Ciencias de la Vida de Universidad de Wuhan, y Kun Huang, de la Escuela de Farmacia Tongji, de la Uniersidad Huazhong University de Ciencia y Tecnología también en Wuhan, China.
Los estudios epidemiológicos muestran que la obesidad es un factor de riesgo independiente para el cáncer de hígado, añade. Nuestro estudio proporciona información sobre la cuestión de si la obesidad materna afecta la incidencia de tumores en la descendencia y cómo la afecta.
Los investigadores administraron dietilnitrosamina (DEN) para inducir cáncer de hígado en ratones obesos que habían sido alimentados con una dieta alta en grasas. La secuenciación de ARN se realizó para identificar los genes y los microARN que se alteraron durante generaciones.
Descubrieron que la inyección de ratones gestantes con el microARN miR-27a-3p no solo aumentó miR-27a-3p hepático y redujo la expresión de dos genes, Acsl1 y Aldh2 en la descendencia (etapas del feto, jóvenes y adultos), sino que también exacerbó el CHC desarrollo en descendencia tratada con DEN.
La obesidad materna inducida por una dieta alta en grasas causó la susceptibilidad de la descendencia al CHC inducido por DEN, y los investigadores establecieron que esta susceptibilidad era acumulativa durante generaciones.
Además, las probabilidades de desarrollar cáncer de hígado aumentaron intergeneracionalmente. Por ejemplo, la severidad en la descendencia de una madre y abuela obesas fue mayor que la de una madre obesa pero abuela de peso normal.
Los investigadores también analizaron muestras humanas de CHC. Nuestros hallazgos proporcionan un vínculo mecanicista entre la obesidad materna y el desarrollo de enfermedades en la descendencia, lo que será útil para explorar las terapias y la prevención de las enfermedades de origen fetal y de desarrollo, señala el profesor Huang.
Para las madres embarazadas, el nivel sérico de miR-27a-3p es fundamental para la salud de la descendencia y puede usarse en el futuro como biomarcador de diagnóstico o predictivo, resalta el profesor Zheng. Por lo tanto, nos gustaría llamar a un esfuerzo global sobre la obesidad materna multigeneracional en humanos para abordar mejor este problema común al que nos enfrentamos.
En un editorial adjunto, Sabine Colnot, del Centro de Investigación de Cordeliers, en París (Francia), y André Lechel, del Departamento de Medicina Interna del Hospital Universitario de Ulm, en Alemania, comentan que este estudio abre un nuevo vía para la investigación del cáncer en la encrucijada del metabolismo y la epigenética. Brinda nueva información sobre cómo el estrés materno podría influir en su progenie, con consecuencias para el desarrollo del CHC. El modo de herencia no es el clásico intergeneracional. Es multigeneracional, como la susceptibilidad a HCC aumenta gradualmente durante generaciones.
junio 26/2020 (Europa Press). Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.