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Tras semanas donde las cifras y los datos son protagonistas indiscutibles del día a día de una cuarentena, hace unos días una parte del mundo despertó sin ellas. China anunció que habían alcanzado el cero de contagios en el país.
Esta era quizás la noticia más esperada desde que comenzara la que ya se ha convertido en la mayor crisis de salud pública del mundo.
Fue a principios de marzo cuando China anunció haber alcanzado el pico de contagios. Una noticia que llegó siete semanas después de que se pusiera en cuarentena a la ciudad de Wuhan y se impusieran medidas muy restrictivas en todo el país asiático.
La ciudad en la que nació el virus, está comenzando a salir de la etapa más oscura de su historia. Con 11 millones de habitantes enclaustrados, hace ahora dos meses que se paró el tiempo. Barricadas, controles policiales, de temperatura, etcétera… Así ha sido el día a día de este lugar durante más de 50 jornadas. Ahora, como avanzó el presidente chino Xi Jinping en una reunión del Partido Comunista de China (PCC), “no debemos permitir que se revierta la tendencia positiva obtenida mediante grandes esfuerzos”.
Pero no nos vamos a engañar. Conseguir el cero tiene un alto precio. El día en que se anunció esta gran noticia se cumplían ocho semanas de medidas de cuarentena, o semicuarentena, impuestas por todo el país.
Mientras, en el resto del mundo los esfuerzos se están centrando en aplanar esa curva. Para entenderla, hay que tener en cuenta que existen tres tipos de personas: las que pueden contraer la infección, las personas que están infectadas y las personas que se han recuperado y ya no son susceptibles de volver a contagiarse.
En la actualidad, y de hecho está ocurriendo, el número de personas susceptibles es alto, y el número de infectados aumenta con rapidez. Sin embargo, como destacan los expertos, con el tiempo, el número de personas susceptibles irá disminuyendo, vacunación, inmunización, curación. Cuando haya menos gente para infectar es cuando se alcanzará el pico de la epidemia.
La tarea está clara desde hace días: quedarnos en casa y cumplir con las medidas impuestas que aconsejan los expertos, si lo que queremos es volver a la normalidad.
En cualquier caso, quedan semanas duras, tal y como adelantó el Ministro de Sanidad, Salvador Illa, pero no hay que olvidar la confianza que tenemos en los profesionales sanitarios: vosotros. Dentro de poco, España también saldrá a la calle y volverá a respirar. Este virus lo paramos unidos.