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La obesidad califica hoy como una epidemia en Estados Unidos, donde se calcula que para 2030 más del 50 por ciento de los adultos padecerán de esa enfermedad.
Más aún, alrededor de un cuarto serán obesos severos; las cifras varían de estado a estado, pero casi siempre afectan a personas con pocos ingresos.
La investigación, elaborada por Instituto Hospital del Mar d’Investigacions Mèdiques, toma como punto de partida los hábitos alimenticios adquiridos por los estadounidenses, cuyo consumo de carnes rojas, comidas precocinadas y bebidas azucaradas no tiene parangón en el resto del planeta.
Su trayecto es una señal de alarma para los demás: en 1963 solo el 23 por ciento de la población era obesa; en 2016, el 39 por ciento.
Diversos expertos en salud y nutrición llevan décadas batallando por un cambio de hábitos.
Una de las medidas más tanteadas durante los últimos años es un impuesto al azúcar.
Filadelfia la introdujo en 2017 (1,5 céntimos por cada 28 gramos) y consiguió reducir el consumo de bebidas azucaradas (soda) un 38 por ciento; en el resto de la nación, su introducción ha sido combatida por la industria y parte de la clase política.
Otros países occidentales, como es el caso de España, tienen problemas similares de obesidad, matizados por su menor dependencia de las bebidas carbonatadas o a la denominada comida chatarra, detalla el estudio.
febrero 16/2020 (Prensa Latina). Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.