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Carol Moreno, del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, explica los avances que hay en el tratamiento del mieloma múltiple.
La oncohematología puede considerarse en cierta medida el “espejo” en el que se están mirando los especialistas en el abordaje de muchos tumores sólidos, debido a los importantes progresos que en poco tiempo se han conseguido en patologías como el mieloma múltiple (MM), que es actualmente una de las neoplasias en las que ha habido un mayor avance en la supervivencia.
Tal y como explica Carol Moreno, del Servicio de Hematología y Hemoterapia del Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona, concretamente en el campo del mieloma múltiple ha habido grandes avances en cuanto al tratamiento con la incorporación de los inhibidores del proteasoma, de los inmunomoduladores y más recientemente de un anticuerpo monoclonal humano contra el antígeno CD38, que ha demostrado gran eficacia en estos pacientes y cuyo uso ya ha sido aprobado en combinación con otros regímenes en recaída y también en primera línea en pacientes no candidatos a trasplante. Estas combinaciones permiten erradicar la enfermedad residual mínima en un alto porcentaje de pacientes, mejorando de forma notable su pronóstico.
Ahora tenemos factores pronósticos y predictores de respuesta, que suponen un gran avance
Junto al MM, otra enfermedad que está proporcionando grandes “alegrías” a los hematólogos es la leucemia linfocítica crónica (LLC): Los avances en el conocimiento de la biología de la enfermedad nos han permitido disponer de factores pronósticos y predictores de respuesta, principalmente alteraciones del gen de TP53 y mutaciones de los genes de las IGVH que hoy en día se aplican para determinar cuál es la mejor opción terapéutica para nuestros pacientes”.
Altamente efectivos
En este sentido, Carol Moreno destaca la importancia de la introducción de nuevos tratamientos biológicos dirigidos a dianas terapéuticas específicas: Es el caso de los inhibidores de las vías de señalización del receptor de células B, como ibrutinib, y de los inhibidores de BCL-2, como venetoclax, que han mejorado de forma notable el pronóstico de los pacientes con leucemia linfocítica crónica y que de forma más relevante han demostrado ser altamente efectivos en pacientes con LLC de alto riesgo definidos por presencia ya sea de alteraciones del gen TP53 o de genes IGVH no mutados que predicen claramente una respuesta muy pobre al tratamiento convencional con quimioinmunoterapia. La introducción de estas terapias dirigidas orales ha revolucionado el tratamiento de esta enfermedad, desplazando las terapias más convencionales a un segundo plano”.
Ensayos clínicos
En todos estos avances que sin duda han marcado un antes y un después en el abordaje de las neoplasias hematológicas han jugado un papel determinante los distintos ensayos clínicos desarrollados en este ámbito: “Los ensayos clínicos han sido y son fundamentales ya que nos han permitido confirmar que terapias dirigidas orales tales como ibrutinib son más efectivas que los tratamientos convencionales tanto en pacientes jóvenes como en pacientes mayores con comorbilidades. Estos ensayos han hecho posible cambiar los algoritmos de tratamiento en los pacientes con leucemia linfocítica crónica. Además, también han permitido demostrar que otra sinergia de terapias como es venetoclax en combinación con anticuerpos monoclonales anti-CD20, ofrece un beneficio superior comparado con quimioinmunoterapia en pacientes en recaída y, más recientemente, también en pacientes mayores con comorbilidades.
Carol Moreno señala que en el momento actual la mayoría de los ensayos van dirigidos a las combinaciones de estas terapias orales. “Quizás la más atractiva sería ibrutinib en combinación con venetoclax, con el objetivo de mejorar la tasa de remisiones clínicas alcanzando enfermedad residual no detectable y poder así parar el tratamiento”.
Para Moreno, en este contexto de innovación que caracteriza la realidad actual de la hematología, el acceso a estas nuevas terapias es una asignatura pendiente: La ciencia está avanzando de forma rápida. El mayor conocimiento de la biología de las enfermedades hematológicas, junto con la aplicación de técnicas de secuenciación masiva, la bioinformática y la innovación en el campo de la inmunoterapia, han permitido y están permitiendo el desarrollo de nuevos fármacos altamente efectivos, pero también de coste elevado; de ahí que el principal reto futuro sea la accesibilidad de estos para poder tratar a nuestros pacientes.
diciembre 31/2019 (Diario Médico)