sep
11
Científicos de la Universidad de Texas en Dallas, Estados Unidos, han encontrado evidencias que sugieren que la resistencia a la grelina, también conocida como la hormona del hambre, en el cerebro está relacionada con los impedimentos cognitivos y la pérdida de memoria asociados con la enfermedad de Alzheimer.
Los hallazgos, publicados en la revista Science Translational Medicine, se han basado en observaciones de muestras de tejido cerebral postmortem de enfermos con alzhéimer y experimentos con un modelo de ratón con la enfermedad.
La grelina, han explicado los investigadores, es una hormona producida en el estómago que envía señales al cerebro regulando el equilibrio energético y el peso corporal. A menudo llamada la hormona del hambre, juega un papel en el apetito y el inicio de las comidas, pero también está implicada en el aprendizaje y la memoria.
Por su parte, la región del hipocampo del cerebro, crucial para el aprendizaje, la memoria y las emociones, es una de las primeras en sufrir muerte celular y daños en la enfermedad de Alzheimer, debido a una acumulación tóxica de fragmentos de proteínas llamada beta amiloide.
Los investigadores han explicado que en un hipocampo sano, la grelina se une con proteínas llamadas receptores de grelina, que se combinan con receptores activados de manera similar para el neurotransmisor dopamina. Los dos receptores luego forman un complejo de proteínas que ayuda a mantener la comunicación entre las células cerebrales y, en última instancia, la memoria.
En el nuevo estudio, los científicos encontraron que la beta amiloidea se une a los receptores de grelina en el hipocampo, bloqueando su capacidad de combinarse con los receptores de dopamina.
Nuestra hipótesis es que esta disociación entre los receptores de grelina y dopamina puede ser lo que está afectando la cognición en enfermos con alzhéimer, ha explicado Heng Du, profesor asociado de ciencias biológicas en la Universidad de Texas en Dallas y autor del estudio.
A medida que el cerebro pierde la función de los receptores de grelina debido a la beta amiloide, el cuerpo trata de compensarlo aumentando la producción de grelina y la cantidad de receptores de grelina. Pero el amiloide impide que los receptores funcionen, ha añadido.
Algo más que una enfermedad cerebral
Los investigadores han explicado que, al igual que los enfermos con diabetes de tipo 2 tienen una resistencia a la insulina, el alzhéimer podría estar relacionado con la resistencia a la grelina, según sus hallazgos. También han indicado que esto ayuda a explicar por qué un ensayo clínico reciente de un compuesto llamado MK0677, diseñado para activar los receptores de grelina en el cerebro, demostró ser incapaz de retrasar la progresión del alzhéimer.
A continuación, para probar un enfoque diferente, el equipo le dio a los ratones MK0677 y otro compuesto, SKF81297 para activar los receptores de dopamina, al mismo tiempo.
Cuando dimos estos compuestos simultáneamente, vimos una cognición y memoria mejoradas en los ratones con AD, y las lesiones en el hipocampo se redujeron, ha explicado Du. La activación de ambos receptores al mismo tiempo fue clave; restableció la capacidad de los receptores para formar complejos. Cuando esto sucede, sospechamos que el receptor de grelina se protege y ya no puede unirse a la beta amiloide, ha continuado.
Du, quien ha solicitado una patente sobre el enfoque, ha asegurado que los hallazgos del equipo sugieren que el alzhéimer podría ser algo más que una enfermedad cerebral.
A medida que envejecemos, tendemos a experimentar cambios en el metabolismo. Estos afectan el corazón y el sistema gastrointestinal, pero tal vez también estén afectando al cerebro al alterar el receptor de grelina, ha afirmado Du.
Estoy empezando a pensar en el alzhéimer como un trastorno sistémico, y que debemos prestar más atención al camino metabólico y hormonal de la enfermedad, ha concluido.
Setiembre 10/2019 (Europa Press) – Tomado del Boletín temático en Medicina. Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.