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Una nueva herramienta permite conocer el riesgo de sufrir un evento coronario, cerebrovascular y cardiovascular a lo largo de la vida. Las calculadoras de riesgo cardiovascular constituyen una herramienta fundamental para la prevención primaria, pero solo permiten estimar el riesgo a corto plazo.
Las últimas recomendaciones europeas de prevención cardiovascular apuestan por fórmulas que permitan calcular el riesgo de por vida, algo que solo se había desarrollado en Estados Unidos y Reino Unido, explica Carlos Brotons, de la Sociedad Española de Cardiología, y uno de los autores de un estudio en el que se publican los resultados de esta primera ecuación de este tipo en España, desarrollada sobre población laboral. Los datos se publican en la Revista Española de Cardiología.
Se seleccionó a más de 700 000 trabajadores, de entre 18 y 65 años, sin antecedentes de enfermedad cardiovascular y con una media de edad de 35,48 años. Se les realizó un examen de salud entre los años 2004 y 2007, con un seguimiento de entre siete y 10 años.
Factores significativos
En el modelo desarrollado, se revelaron como factores de riesgo cardiovascular significativos desempeñar una ocupación manual, fumar o haber fumado en algún momento, los antecedentes de diabetes mellitus, recibir tratamiento hipertensivo, los valores de presión arterial sistólica, recibir tratamiento hipolipemiante y los valores de colesterol total, indica el investigador.
Además, en los hombres, el consumo de alcohol, el índice de masa corporal, los antecedentes de enfermedad coronaria en familiares de primer grado, la enfermedad renal y los valores de la presión arterial diastólica también se presentan como factores de riesgo cardiovascular significativos. Por otro lado, los valores de colesterol unido a lipoproteínas de alta densidad (HDL) se muestran como factor protector tanto en hombres como en mujeres.
Útil para cambiar hábitos no saludables.
Este modelo de riesgo cardiovascular de por vida desarrollado para la población española es flexible y permite calcular el riesgo no necesariamente de por vida, sino también a cinco, 10, 15 años o cualquier número entero desde la edad del sujeto evaluado hasta los 75 años.
Es, sin duda, una herramienta útil para mejorar la comunicación con los pacientes con riesgo bajo a moderado a corto plazo, para que sean más conscientes de la importancia del riesgo cardiovascular y así promover los cambios necesarios en favor de unos hábitos saludables, valora el experto.
En estos momentos se está trabajando en la validez externa de esta nueva herramienta y en la mejora de la plataforma informática para calcular el riesgo de por vida individualmente.
agosto 29/2019 (Diario Médico)