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El vapeo, que se ha vuelto muy popular entre los adolescentes, afecta de inmediato la función vascular, incluso cuando la solución no incluye nicotina. Es la conclusión de un nuevo estudio realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia publicado en Radiology.
Cuidado: el tabaco muta
En Estado Unidos más de 9 millones de adultos utilizan cigarrillos electrónicos y, según la Encuesta Nacional de Tabaco Juvenil de 2018, ese mismo año también los utilizaron más de 3,6 millones de estudiantes de secundaria.
El uso de cigarrillos electrónicos es un problema de salud pública actual debido al uso generalizado, especialmente entre los adolescentes, y al hecho de que los dispositivos se anuncian como seguros a pesar de la incertidumbre sobre los efectos del uso a largo plazo, explica Alessandra Caporale, investigadora del Laboratorio de Imágenes Estructurales, Fisiológicas y Funcionales.
Este laboratorio está dirigido por el autor e investigador principal del estudio, Felix W. Wehrli, en la Facultad de Perelman de la Universidad de Pensilvania Medicina en Filadelfia. La investigación fue financiada por el Instituto Nacional del Corazón, los Pulmones y la Sangre (NHLBI).
Sustancias potencialmente dañinas
Según los autores, los inhalantes de cigarrillos electrónicos, al vaporizar, contienen sustancias tóxicas potencialmente dañinas. Una vez inhaladas, estas partículas pueden alcanzar los alvéolos del pulmón, desde donde son captados por los vasos sanguíneos, lo que interfiere con la función vascular y promueve la inflamación.
Para estudiar los efectos agudos del vapeo en la función vascular sistémica, los investigadores realizaron resonancias a 31 adultos sanos y no fumadores antes y después de la inhalación de cigarrillos electrónicos sin nicotina. El líquido del cigarrillo electrónico contenía propilenglicol y glicerol de grado farmacéutico con saborizante, pero no nicotina.
Durante el proceso, se emplearon nuevos protocolos de resonancia magnética multiparamétricos desarrollados por Michael C. Langham, uno de los coautores del estudio, en los que se realizaron exploraciones de la arteria femoral en la pierna, la aorta y el cerebro antes y después de un solo vapeo. Comparando los datos previos y posteriores a la resonancia magnética, el episodio único de vapeo resultó en un flujo sanguíneo reducido y una reactividad vascular deteriorada en la arteria femoral, en la que hubo una reducción del 34 % en la dilatación mediada por flujo.
También se observó una reducción del 17,5 % en el flujo máximo y una reducción del 25,8 % en la aceleración de la sangre. Estos hallazgos sugieren una función deteriorada del endotelio (revestimiento interno de los vasos sanguíneos).
Además, una reducción del 20 % en la saturación venosa de oxígeno es indicativa de una función microvascular alterada. Los investigadores también encontraron un aumento del 3 % en la velocidad de la onda del pulso aórtico, una medida de la rigidez arterial o la velocidad a la que las ondas de presión se mueven por la aorta.
Estos productos se anuncian como no dañinos, y muchos usuarios de cigarrillos electrónicos están convencidos de que solo están inhalando vapor de agua, asegura Caporale. Pero los solventes, saborizantes y aditivos en la base líquida, después de la vaporización, exponen a los usuarios a múltiples problemas en el tracto respiratorio y los vasos sanguíneos. Añade que hacen falta más estudios para abordar a largo plazo los efectos del vapeo en la salud vascular.
agosto 26/2019 (Diario Médico)