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Para cualquier persona un corte o rasguño en el pie puede no ser motivo de preocupación inmediata, pero para las personas con diabetes tipo 2, estas heridas pueden ser potencialmente mortales. Un nuevo descubrimiento de investigadores de la Universidad de Michigan en los Estados Unidos, apunta hacia un posible tratamiento para las heridas diabéticas que no se curan.
Según un estudio de 2016, un tercio del costo del tratamiento de la diabetes tipo 2 se relaciona con las heridas y úlceras en el pie que no cicatrizan, que son la principal causa de amputación en los Estados Unidos.
Este es un problema clínico importante –reconoce Katherine Gallagher, cirujana vascular y profesora asociada en los Departamentos de Cirugía y Microbiología / Inmunología de Medicina de Michigan–. La mayoría de las personas no se dan cuenta de que si alguien sufre una amputación importante debido a una herida que no cicatriza, solo tienen una tasa de supervivencia del 50 por ciento a los tres años, que en realidad es peor que la mayoría de los cánceres.
En un nuevo artículo en la revista Immunity, Gallagher y sus colegas describen por primera vez una enzima que parece ser clave para la curación normal y en pacientes diabéticos parece estar desaparecida. El descubrimiento también apunta a un posible tratamiento.
Todo comienza con el sistema inmunológico y las células llamadas macrófagos. Durante la curación normal, una lesión provoca que el sistema inmunitario libere monocitos en la sangre que viajan al sitio del tejido dañado y se convierten en macrófagos. Al principio, estos macrófagos crean una respuesta inflamatoria para captar y eliminar cualquier bacteria u otros patógenos. Estos mismos macrófagos luego se transforman en un modo de reparación no inflamatoria para generar nuevo tejido y promover la curación. Con la diabetes, esta conversión nunca se lleva a cabo y la inflamación persiste.
El equipo de Gallagher sospechó que algo ambiental provoca cambios epigenéticos que impiden que los macrófagos completen su trabajo. La diabetes tipo 2 generalmente se desarrolla durante 20 a 30 años, y aunque la genética ciertamente juega un papel, especulamos que los comportamientos como fumar o una dieta poco saludable a largo plazo estaban causando cambios epigenéticos permanentes en las células, explica. La epigenética se refiere a los cambios en la expresión génica que no provienen de los cambios de la secuencia de ADN subyacente.
Usando ratones y tejidos humanos, descubrieron por primera vez que una enzima epigenética llamada Setdb2 regula la conversión de macrófagos de un tipo inflamatorio a un tipo de reparación. En ratones diabéticos, Setdb2 no aumentó en el momento crítico y sus heridas permanecieron inflamadas.
El equipo de Gallagher también encontró que Setdb2 parece ser un agente en el metabolismo del ácido úrico, que se sabe que está elevado en personas con diabetes. Las personas con altas concentraciones de ácido úrico en la sangre pueden desarrollar gota, lo que puede causar dolor en las articulaciones inflamadas. Gallagher y su equipo encontraron que en la curación normal, Setdb2 desactiva la xantina oxidasa, la enzima que produce ácido úrico. Al hacerlo, Setdb2 desactiva la inflamación.
Para ver si el bloqueo del ácido úrico podría ayudar a curar la herida, el equipo administró alopurinol, un medicamento común utilizado para tratar la gota y los cálculos renales, localmente en los sitios de la herida en sus modelos de ratones diabéticos.
El fármaco parecía mejorar la curación –explica Gallagher–. Nuestros datos parecen muy prometedores para utilizar esto como una terapia local. La aplicación de alopurinol directamente a las heridas podría ayudar a evitar algunos de los efectos secundarios sistémicos tóxicos asociados con el medicamento. El equipo espera finalmente llevar sus hallazgos a ensayos clínicos, buscar otros genes inflamatorios que puedan ser objetivos y explorar formas de aumentar el Setdb2 para la terapia basada en células.
agosto 06/ 2019 (Europa Press) – Tomado del Boletín temático en Medicina. Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.