El tratamiento con dosis altas de albúmina mejora la inflamación sistémica y la disfunción circulatoria en pacientes con cirrosis hepática descompensada, una enfermedad caracterizada por una intensa inflamación generalizada y que puede conducir al desarrollo de fallo multiorgánico, entidad que presenta una alta mortalidad. Esta es la principal conclusión del estudio impulsado por la Fundación Europea para el Estudio de la Insuficiencia Hepática Crónica (EF-Clif), publicado en Gastroenterology.

cirrosis“Por primera vez se demuestra un efecto inmunomodulador de la albúmina en el paciente cirrótico”, destaca a DM  Javier Fernández, uno de los autores principales del trabajo y jefe de la Unidad de Cuidados Intensivos del Instituto Clínico de Enfermedades Digestivas y Metabólicas (Icmdm) en el Hospital Clínico de Barcelona. La albúmina se emplea desde hace tiempo en el tratamiento del enfermo cirrótico; si bien se había planteado hipotéticamente su efecto inmunomodulador, ahora se confirma con este estudio clínico in vivo. Los investigadores de la EF-Clif han demostrado que la normalización de la concentración sérica de albúmina en tratamientos a largo plazo en pacientes con una cirrosis descompensada reduce significativamente los niveles circulantes de varias proteínas relacionadas con la inflamación, entre ellas y de manera destacada la citocina IL-6.

Hasta ahora la dosis de albúmina requerida para el tratamiento de la cirrosis descompensada se basaba en asunciones empíricas. Este estudio ha mostrado por primera vez que, el tratamiento a largo plazo con dosis altas de albúmina, pero no con dosis bajas, tiene efectos inmunomoduladores.  Además, las altas dosis de albúmina previenen otro fenómeno descubierto en este trabajo: las variaciones impredecibles de la disfunción circulatoria en estos pacientes, puesto que mejoran la estabilidad de la circulación sanguínea y la función del ventrículo izquierdo. Hasta ahora la disfunción circulatoria se consideraba como un fenómeno estable o un proceso lentamente progresivo, mientras que este estudio ha constatado que se trata de una condición extremadamente inestable en la cirrosis. La disfunción circulatoria también se atribuía a la dilatación de las arterias esplénicas y ahora existe evidencia de que el deterioro de la función del ventrículo izquierdo también desempeña un papel importante en esta disfunción.

El equipo de investigador está dirigido, además de por Javier Fernández, coordinador clínico de la Cátedra EASL, por Joan Clària, investigador coordinador de la Cátedra Grifols y consultor senior en el Servicio de Bioquímica y Genética Molecular en el Hospital Clínico de Barcelona.

A partir de dos estudios
La investigación se ha realizado a partir de las muestras obtenidas en dos estudios: el Piloto-Preciosa y el Infecir-2, patrocinados por Grifols y por la Fundación Clínico, respectivamente. Ambos estudios se han desarrollado en el marco de las investigaciones que lleva a cabo la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL)-Consorcio Clif (Cátedra EASL) y la Cátedra Grifols. Ambas instituciones están coordinadas por la EF-Clif con el objetivo de promover la investigación de la cirrosis. En primer lugar, los investigadores describen los resultados del estudio Piloto-Preciosa, un trabajo multicéntrico español, en el que 18 pacientes con cirrosis descompensada y sin infecciones recibieron infusiones de albúmina durante 12 semanas (a largo plazo) con dosis bajas (1g/Kg de peso corporal cada dos semanas) o altas (1,5g/kg cada semana). El estudio evaluó los efectos de la administración de albúmina a dosis bajas o altas sobre la concentración sérica de albúmina, la respuesta inflamatoria sistémica (niveles plasmáticos de diversas citocinas) y la disfunción circulatoria (renina plasmática, función cardiocirculatoria y presión portal).

En segundo lugar, analizaron los niveles plasmáticos de diferentes citocinas en muestras de biobanco procedentes de 78 pacientes cirróticos con infecciones bacterianas, incluidos en el estudio Infecir-2, en el que participaron 27 centros europeos. En dicho estudio, los pacientes recibieron de manera aleatoria antibióticos y albúmina (1,5g/kg el día 1 y 1g/kg el día 3) o sólo antibióticos.

Los autores del estudio confirmaron los efectos inmunomoduladores de la albúmina, al observar un descenso significativo en los niveles plasmáticos de importantes citocinas proinflamatorias, únicamente en los pacientes que recibieron la proteína.

Sobre la continuación de esta línea de investigación, Fernández ha comentado que “tenemos en marcha estudios con los que intentamos evaluar por qué la albúmina atenúa la respuesta inflamatoria y buscamos profundizar también en pacientes con sepsis grave o shock séptico”.

abril 22/ 2019 (diario médico)

 

abril 23, 2019 | Dra. María Elena Reyes González | Filed under: Enfermedades del Sist. Digestivo, Gastroenterología | Etiquetas: |

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