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Actualmente, la detección de alergias a antibióticos se lleva a cabo mediante una serie de pruebas cutáneas (in vivo); se trata de pruebas invasivas, con las molestias que ello conlleva. Y, aunque existen métodos “in vitro”, no son lo suficientemente sensibles, lo que puede provocar un diagnóstico impreciso. Además, hoy en día solo se analizan unos pocos alérgenos, y las pruebas son lentas y caras.
Para hacer frente a estas carencias, investigadores europeos, liderados por la Universitat Politècnica de València (UPV) en España, han desarrollado un equipo biofotónico de bajo coste y alta sensibilidad que perpermite detectar, de forma no invasiva y con una cantidad de sangre muy pequeña, alergias a antibióticos como la amoxicilina o la penicilina en menos de una hora. Es el resultado del proyecto europeo Cobiophad.
El equipo se basa en la tecnología de disco compacto; incluye un disco microfluídico –en el que se inyectan las muestras que se quieren analizar; un lector de discos y un software que permite procesar el ensayo y ofrece el resultado a los profesionales médicos.
Además de su alta sensibilidad, bajo coste y rapidez, este prototipo destaca porque es capaz de detectar en una muestra hasta diez alergias a antibióticos betalactámicos, entre ellos amoxicilina, penicilina y ácido clavulánico. Y puede analizar de forma simultánea hasta seis muestras diferentes.
“El análisis es muy sencillo. Una vez cargada la muestra en el disco, éste se introduce en el lector. De la interacción entre la muestra y los reactivos se obtiene el resultado que ayudará a los médicos a diagnosticar si el paciente es alérgico no. Todo ello en menos de una hora”, destaca Ángel Maquieira, investigador del Instituto Interuniversitario de Reconocimiento Molecular y Desarrollo Tecnológico (IDM) en la Universitat Politècnica de València.
Este nuevo test de alergias a antibióticos se valida estos días en la Universitat Politècnica de València. Los socios del proyecto Cobiophad se reúnen en la UPV para comprobar las prestaciones del dispositivo en ensayos reales, con personal médico del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de València y del Centre Hospitalier Universitaire de Montpelier (Francia). Ambos son centros de referencia internacional en alergias y su participación en el proyecto se ha centrado en proporcionar los casos, el desarrollo de biorreactivos y, ahora, la validación clínica de esta técnica de diagnóstico.
Tras las pruebas realizadas en la UPV, está previsto que en los próximos meses el equipo desarrollado en el marco de este proyecto se empiece a utilizar en el Hospital Universitari i Politècnic La Fe.
Para Ethel Ibáñez, alergóloga del Hospital y miembro del equipo de Cobiophad, este dispositivo puede facilitar – y abaratar significativamente- el diagnóstico de las alergias a antibióticos, reduciendo además las molestias y riesgos para los pacientes.
“Actualmente, el diagnóstico comienza con una historia clínica del paciente y, dependiendo del riesgo que haya tenido, se realizarán las pruebas cutáneas. Se trata de pruebas invasivas, que pueden conllevar una serie de riesgos; además, hacemos pruebas analíticas y de exposición al fármaco, suministrándoselo al paciente vía oral, lo que conlleva un riesgo mayor que los test cutáneos. Todas estas pruebas requieren además sucesivos desplazamientos. El equipo que se ha desarrollado en este proyecto es mucho más seguro, más rápido y genera muchos menos costes. En el momento en que el paciente viene a la consulta, con una pequeñísima muestra de sangre -25 microlitros- podemos saber si el paciente es Alérgico o no”, destaca Ethel Ibáñez. En el proyecto participan también la empresa valenciana Lumensia, ubicada en el campus de la UPV; las británicas Eux y B3D; Sintef (Noruega); Stratec (Austria); Optoel (Rumania); y Dr. FOOKE Laboratorien (Alemania).
El proyecto Cobiophad está financiado por el programa Horizon2020 de la UE y la Plataforma Tecnológica Europea Photonics 21.