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Por primera vez, se ha conseguido que el trasplante de corazón de cerdos a monos babuinos mantenga la supervivencia a largo plazo. Un equipo de científicos, dirigido por Bruno Reichart, de la Universidad Ludwig Maximilian de Múnich ha logrado que los monos vivan seis meses después del trasplante cardíaco, según exponen en Nature. Hasta la fecha, la duración más larga de este tipo de xenotrasplante ha sido de 57 días en una ocasión.
Los corazones procedían de cerdos que se habían modificado genéticamente, mediante la técnica de CRISPR-Cas9, para atenuar el rechazo inmune en los monos; además, para evitar el daño durante el procedimiento del trasplante, los corazones fueron perfundidos en una solución protectora a 8o C. Los babuinos que recibieron los órganos seguían un régimen inmunosupresor, al que se añadió un tratamiento para controlar la presión arterial, con el que prevenir la formación de trombos y la hipertrofia cardiaca.
Este procedimiento se perfiló en tres grupos de simios trasplantados (16, en total), de forma que en el último grupo de cinco monos se consiguieron injertos exitosos a largo plazo: uno de los babuinos fue sacrificado a los 51 días por complicaciones; dos vivieron sanos durante 90 días, que es el período de supervivencia que establece la Sociedad Internacional para el Trasplante de Corazón y Pulmón en primates no humanos como referencia de que el xenotrasplante podría ser seguro para un ensayo clínico. Los dos restantes sobrevivieron más de seis meses (195 días), antes de ser sacrificados.
Este enfoque, el primero en producir resultados exitosos de manera consistente, representa para los investigadores, a falta de pruebas adicionales, un paso importante hacia el xenotrasplante en pacientes humanos.
El procedimiento ha sido posible gracias a experimentos previos, como el que ha conseguido injertar riñones porcinos en monos Rhesus con una supervivencia de 435 días, y, más recientemente, el que llevó a cabo el grupo de Muhammad Mohiuddin, director del Programa de Xenotrasplante cardíaco de la Universidad de Maryland. En este último trabajo, en 2016, se trasplantaron corazones de cerdo en babuinos logrando una supervivencia de 945 días, si bien el injerto no era esencial para la vida de los animales receptores, puesto que conservaban su propio corazón al tiempo que albergaban en el órgano porcino en el abdomen. El poder alojar el órgano durante tanto tiempo fue posible gracias a una combinación de terapia farmacológica y modificación genética.
diciembre 16/2018 (diariomedico.com)
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