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Una investigación japonesa realizada en ratones ha apuntado la posibilidad de que, en un futuro, una vacuna pueda ayudar a prevenir los ictus recurrentes.
Las personas que han sufrido un ictus isquémico con frecuencia toman luego anticoagulantes para reducir el riesgo de un segundo ictus, pero esos fármacos también pueden aumentar las probabilidades de un sangrado grave. Sin embargo, al menos en ratones, una vacuna experimental protegió de los coágulos sanguíneos durante más de dos meses, todo ello sin aumentar el riesgo de sangrado ni provocar ninguna respuesta autoinmune.
La vacuna, que solo habría que inyectar periódicamente, podría reemplazar o utilizarse junto con los fármacos estándares para prevenir los ictus secundarios y, quizá, los ataques cardíacos. Los autores esperan poder iniciar ensayos clínicos dentro de 5-10 años, aunque habrá diferencias entre los ratones y los humanos respecto a la forma en que el sistema inmunitario reconocerá la vacuna. El estudio fue publicado por Hypertension 2018.
diciembre 5/2018 (neurologia.com)