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Una investigación desarrollada en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universitat Jaume I de Castelló (UJI) ha identificado los genes responsables de la sensibilidad solar y vulnerabilidad ante el cáncer de piel.
El grupo de investigación Genética del Cáncer de Piel y de la Pigmentación Humana (Melanogén) ha analizado la respuesta cutánea al sol y la capacidad de broncearse, y ha detectado variantes genéticas diferentes de las poblaciones del norte de Europa. Las conclusiones de este trabajo se han publicado en la revista Photodermatology, Photoimmunology & Photomedicine.
El trabajo dirigido por los investigadores Conrado Martínez-Cadenas y Bárbara Hernando ha estudiado, mediante técnicas genéticas, los genes relacionados con la respuesta cutánea a la exposición solar en España, con el objetivo de conocer en profundidad los determinantes genéticos que pueden favorecer una mala respuesta de la piel a la radiación ultravioleta. El estudio de la UJI ha analizado ocho variantes genéticas relacionadas con la pigmentación y la sensibilidad solar en muestras de saliva de 456 voluntarios españoles, 184 de los cuales presentaban una gran vulnerabilidad a sufrir quemaduras solares, hecho indicativo de daño celular cutáneo.
Diferencias genéticas
La pigmentación cutánea y la respuesta de la piel a la radiación solar son extremadamente relevantes para determinar la susceptibilidad ante el cáncer de piel y «la mayoría de los estudios se han llevado a cabo en grupos del norte de Europa», destaca Martínez-Cadenas.
De hecho, el estudio llevado a cabo por el grupo Melanogén de la UJI «profundiza en las características de la población de origen mediterráneo, personas caracterizadas por una piel más oscura en una zona con una radiación más intensa», explica Conrado. Debido a la mayor intensidad de la radiación ultravioleta en el área mediterránea, principalmente durante los meses de verano, la evolución «ha influido para que, por ejemplo, la proporción de personas que tienen el alelo F374 en el gen SLC45A2, responsable de la piel más oscura, sea más frecuente en España que en las poblaciones europeas más septentrionales. Hay que remarcar que más del 96 % de africanos, que soportan un exceso de radiación solar, llevan esta variante genética en su genoma, que les confiere una protección ante los efectos negativos de los rayos ultravioletas y el cáncer de piel», añade Bárbara Hernando.
Cuatro genes principales
Los investigadores de Melanogén destacan que los cuatro genes que tienen un rol significativo en la sensibilidad cutánea al sol en la población española son estos cuatro: MC1R, IRF4, HERC2 y SLC45A2. Conrado Martínez-Cadenas expone: «Sabemos que existe una predisposición genética a sufrir quemaduras solares. La respuesta cutánea al sol y la capacidad de broncearse está principalmente relacionada con un tipo de variantes genéticas en el gen MC1R, las variantes R. Estas hacen que el gen no funcione bien y se sintetice feomelanina, en vez de eumelanina, lo que hace que la gente tenga la piel más clara, el cabello rubio o pelirrojo y pecas».
Sin embargo, este estudio indica que «la combinación sinérgica de diversas variantes que determinan la sensibilidad solar resulta en un riesgo extra o un fenotipo más agrandado», afirma el profesor de genética. Así pues, «tener variantes protectoras en nuestro genoma puede atenuar el efecto negativo de las variantes R del gen MC1R», concluye Bárbara Hernando. Los profesores de la UJI recuerdan que la prevención y la detección precoz, así como también una vigilancia especial de la población con más susceptibilidad a desarrollar un cáncer cutáneo, son claves en la curación del cáncer de piel.
Tratamientos individualizados
Entre las líneas futuras de investigación del grupo Melanogén se encuentra el estudio de la existencia de un riesgo añadido a desarrollar cáncer de piel según el genotipo pigmentario y las características fenotípicas de las personas. De este modo, se podría avanzar en la aplicación del diagnóstico genético como herramienta para detectar el riesgo de una persona de desarrollar una enfermedad, orientar las decisiones del tratamiento y evaluar el riesgo de desarrollar una progresión o recurrencia de la enfermedad. Además, permitiría ayudar a los especialistas en la elección de un tratamiento personalizado y preciso según el riesgo individual de cada paciente.
El grupo de investigación Melanogén de la Universitat Jaume I, liderado por Conrado Martínez-Cadenas, desarrolla tres líneas fundamentales. La primera, las bases genéticas de la susceptibilidad humana a melanoma y otros cánceres de piel; la segunda está centrada en los mecanismos moleculares y las vías de señalización intracelulares involucradas en la génesis y progresión de los cánceres cutáneos, tanto melanoma como no-melanoma (carcinomas basocelular y espinocelular). Y, en último término, sus estudios abordan factores genéticos, hormonales y ambientales involucrados en el desarrollo de lesiones pigmentarias benignas: efélides, nevus, lentigos solares, melasmas, etc.
octubre 29/2018 (dicyt.com)