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El pasado mes de febrero se aprobó en Consejo de Ministros la Estrategia Nacional sobre Adicciones 2017-2024, que dio por primera vez cabida a adicciones sin sustancia, dejando de lado ya el concepto de lucha únicamente contra las drogas. La pasada semana la Conferencia Sectorial sobre Drogas materializó esta idea con la aprobación el Plan de Acción sobre Adicciones 2018-2020, el documento que baja al barro y fija medidas concretas de actuación a las que se sumarán las autonomías.
Y en este nuevo documento el uso compulsivo de nuevas tecnologías y el juego problemático se han hecho un sitio importante entre las prioridades gubernamentales, que incluyen también como protagonistas en esta ocasión el alcohol, el cannabis y el abuso de psicofármacos, pero no el tabaco, que ha desaparecido del texto del plan de acción, en el que ni siquiera se le menciona de forma expresa aunque pueda estar implícito en la idea genérica de lucha contra las adicciones y fomento de la vida saludable.
Incluir en la lista de prioridades el uso compulsivo de internet y las nuevas tecnologías y del juego implicará, en primer lugar, tal y como reconoce el documento, comenzar a preguntar de forma sistemática en las encuestas sobre hábitos de la población en este sentido, para poder disponer de datos, actualmente todavía muy escasos. El plan de acción recopila las primeras estimaciones, que apuntan que un 21 por ciento de los adolescentes de 14 a 18 años realizan un uso compulsivo de internet, según la encuesta Estudes 2016 a la que se incorporarán nuevas preguntas en este campo.
Uso problemático
La encuesta de Adicciones del País Vasco que acaba de publicarse ya incluye esta clase de preguntas y permite trazar una fotografía más exacta del problema de adicción a las nuevas tecnologías que hay que empezar a combatir. Según sus datos, el 20,1 por ciento de la población mayor de 15 años reconoce dedicar en su tiempo de ocio “más tiempo del que debería” a internet, una cifra que se dispara hasta el 44,8 por ciento en el grupo de población más joven, de 15 a 34 años. El problema es más evidente si se observa que un 10 por ciento de los jóvenes de ese mismo grupo reconocen haber tratado en vano de reducir su tiempo conectados a internet y casi un 5 por ciento admite que se están viendo resentidas sus relaciones sociales por esta cuestión.
Aunque todavía hay que desarrollar nuevos indicadores para valorar el uso problemático de las nuevas tecnologías, a tenor del test de Orman que trata esta cuestión, el 4,3 por ciento de la población mayor de 15 años estaría en situación de riesgo de uso problemático de las nuevas tecnologías y el 0,7 por ciento tendría ya dependencia problemática.
No en vano, el 24 por ciento de la población dedica más de dos horas a internet en días laborales, una cifra que sube hasta el 30 por ciento cuando se pregunta por su actividad en fines de semana. Hay, concretamente, un 17,5 por ciento de población que dedica entre 2-3 horas al día a internet en días laborables pero para cuestiones no relacionadas con su trabajo, un 4,2 por ciento que llega a dedicar entre 4 y 5 horas a la red y un 2,1 por ciento, más de 6 horas al día.
En el caso de los adolescentes de 14 a 18 años las cifras de Estudes apuntan ya que un 21 por ciento presenta un uso compulsivo de internet. Cuando se pregunta a los profesores de instituto qué observan en sus alumnos para contrastar lo declarado por los propios adolescentes, el 36 por ciento reconoce que el abuso de internet está mermando continuamente el rendimiento de los alumnos, a lo que se suma otro 41,4 por ciento que cree que lo está mermando con frecuencia. Además, el 42,5 por ciento de profesores dice ver que los alumnos usan muy a menudo el móvil en el recreo o los descansos en lugar de relacionarse con sus compañeros.
Juego patológico
Junto al uso compulsivo de nuevas tecnologías, el nuevo Plan de Acción sobre Adicciones 2018-2020 incluye medidas para concienciar a la población sobre el riesgo del juego y, en especial, las apuestas on line. Según datos propios del Plan Nacional sobre Drogas, en 2016 había un 6,4 por ciento de estudiantes de educación secundaria que habían jugado dinero on line y un 13,6 por ciento que había realizado apuestas presenciales. Entre un 0,2 por ciento y un 12,3 por ciento de adolescentes podría estar cumpliendo ya los requisitos para considerarlo juego problemático.
Con todo, el plan reconoce que en la actualidad no hay un indicador robusto que permita monitorizar las adicciones sin sustancia y que convendría diseñar además un indicador para obtener información sobre trastorno por juego de apuesta (gambling) y trastorno por videojuego (gaming) a partir de datos que se recopilaran en las encuestas tradicionales de drogas Edades y Estudes.
Además, entre las medidas propuestas en el plan se incluye ya una revisión de la normativa actual sobre el juego y las casas de apuestas en locales y on line, para limitar el acceso de menores al juego.
Finalmente, entre las grandes novedades del nuevo plan figura como prioridad la creación de un programa para el buen uso de psicofármacos, tras haberse detectado un uso excesivo, con un 30 por ciento de mujeres de 35 a 64 que ha consumido esta sustancia y una de cada diez que los consume a diario.
octubre 16/2018 (diariomedico.com)
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