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En un estudio con animales, un tipo modificado de toxina botulínica ha ofrecido un alivio a largo plazo del dolor, lo que algún día podría constituir una alternativa más segura al uso de opioides como tratamiento del dolor crónico.
Los investigadores «deconstruyeron» la molécula botulínica y la volvieron a armar con un opioide denominado dermorfina. El compuesto resultante (Derm-BOT) silenció las señales del dolor de las neuronas en la columna vertebral de ratones. Inyectado en la columna, Derm-BOT alivia el dolor crónico (como el que causa el daño nervioso) y evita los efectos adversos de tolerancia y adicción que con frecuencia se asocian con el uso repetido de opioides.
El compuesto no afecta a los músculos, como sucede con la toxina botulínica habitual, pero una simple inyección intratecal bloquea el dolor nervioso incluso hasta cuatro meses sin afectar a las respuestas normales al dolor. El estudio fue publicado en Sci Transl Med 2018.
septiembre 18/2018 (neurologia.com)