Las madres con hiperglucemia durante el embarazo -incluso si el nivel no era demasiado alto como para cumplir con el criterio diagnóstico de diabetes gestacional- tuvieron significativamente más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 una década después del embarazo que las embarazadas sin glucemia alta.

En los niños nacidos de madres con glucosa normal o elevada, no detectaron diferencias estadísticamente significativas en términos de sobrepeso y obesidad. Sin embargo, cuando la obesidad se midió sola, los hijos de madres con glucosa en sangre elevada tenían significativamente más probabilidades de ser obesos.

Los resultados, que aparecen en The Journal of the American Medical Association (JAMA), son parte de un estudio de seguimiento, el Estudio de Seguimiento y Resultados de la Hiperglucemia y el Embarazo Adverso (HAPO-FUS), que recabó datos de madres e hijos entre los diez y catorce años después del nacimiento.

El estudio original HAPO, que había analizado a 23 316 parejas de madre e hijo, reveló que incluso los niveles de glucosa en sangre poco elevados aumentan el riesgo de complicaciones para el bebé tanto antes como poco después del nacimiento. Sobre estos resultados, algunas sociedades científicas adoptaron una nueva definición de diabetes gestacional.

Ahora, el estudio HAPO-FUS ha comparado los efectos a largo plazo de los niveles de glucosa en sangre en las madres que habrían cumplido la nueva definición de diabetes gestacional con aquellas que no lo hicieron. El objetivo era determinar si un aumento moderado en la glucemia se traduce en más riesgo para la madre de desarrollar prediabetes o diabetes tipo 2 y de  obesidad en los hijos, al menos una década después del parto.

Casi el 11 por ciento de las mujeres con glucemia elevada durante el embarazo tenían diabetes tipo 2  diez años después del parto y alrededor del 42 por ciento tenía prediabetes. En las gestantes con niveles de glucosa normales, se registró la diabetes en un 2 por ciento y prediabetes en un 18 por ciento.

En cuanto a los niños, aquellos nacidos de madres con niveles elevados de glucosa tenían más probabilidades de ser obesos. Por ejemplo, al utilizar el índice de masa corporal (IMC), el 19 por ciento de los nacidos de madres con niveles elevados de glucemia eran obesos, en comparación con el 10 por ciento de los hijos de madres con niveles normales.

“Las consecuencias en las madres y sus hijos debido al alto nivel de glucemia son muy preocupantes. Incluso teniendo en cuenta el peso de la madre, la glucosa tuvo un efecto independiente”, afirma Barbara Linder, autora del estudio y asesora principal de investigación sobre diabetes infantil en el Instituto estadounidense de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales (Niddk).
septiembre 16/2018 (diariomedico.com)

 

septiembre 17, 2018 | Lic. Heidy Ramírez Vázquez | Filed under: Endocrinología, Endocrinopatías, Enfermedades crónicas no trans., Enfermedades metabólicas | Etiquetas: , |

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