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Los niños obesos presentan un riesgo mucho mayor de padecer esteatosis hepática no alcohólica (EHNA), el nombrado hígado graso, advierte un estudio publicado en The Journal of Pediatrics.
Para demostrar esa tesis, los autores analizaron en 635 infantes los niveles sanguíneos de la enzima alanina aminotransferasa (ALT), cuyas concentraciones elevadas se emplean como marcador de daño hepático.
Los resultados mostraron que, cumplida la edad de ocho años, un 23 por ciento de los menores tenían niveles elevados de ALT.
Según la autora principal de la investigación, Jennifer Woo, dado el aumento de la prevalencia de obesidad infantil, cada vez vemos en las consultas pediátricas casos de menores con EHNA, la enfermedad hepática más común.
Algunos médicos comienzan a medir los niveles de la enzima alanina aminotransferasa en los pequeños en riesgo cuando cumplen los 10 años, expresó.
Sin embargo, nuestros hallazgos destacan la importancia de actuar a edades más tempranas para prevenir el exceso de ganancia de peso y la subsecuente inflamación del hígado, indicó.
Datos de Organización Mundial de la Salud señalan que en el 2016 ya convivían en todo el planeta más de 41 millones de menores de cinco años con sobrepeso u obesidad.
El equipo de Woo sugiere que la mejor forma que tienen tanto los adultos como los niños para combatir el hígado graso es perder peso mediante el ejercicio físico regular y el consumo de menos alimentos procesados.
abril 11/2018 (PL)