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Las mujeres embarazas con anemia tienen el doble de riesgo de morir durante el embarazo o en la semana posterior al parto respecto a las mujeres que no tienen anemia. Así lo confirma el mayor estudio de este tipo, cuyos resultados sugieren que la prevención y el tratamiento de la anemia materna deben seguir siendo una prioridad mundial en salud pública y en investigación.
Aunque es una condición fácilmente tratable, los métodos existentes hasta la fecha no han sido capaces de afrontar la cuestión. Según los expertos, el abordaje del problema debería ser multidisciplinar, e involucrar tanto a profesionales de la salud como a agentes decisores, centrando su atención en la prevención de la anemia y no en el tratamiento exclusivo mediante suplementos de hierro.
Los investigadores Javier Zamora y Borja Manuel Fernández, de la Unidad de Bioestadística Clínica del Hospital Ramón y Cajal (IRYCIS) y del Centro de Investigación Biomédica en Red de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), han participado en un estudio internacional dirigido por la Universidad Queen Mary de Londres que analiza el riesgo de mortalidad materna en mujeres embarazadas asociado con la anemia grave. El trabajo fue publicado en The Lancet Global Health.
“La anemia en el embarazo es uno de los problemas médicos más comunes que padecen las mujeres independientemente del nivel de renta de los países. Hemos mostrado que, si una mujer tiene anemia en algún momento de su embarazo o en los 7 días posteriores al parto tiene un mayor riesgo de morir, lo que sugiere que el tratamiento urgente es muy importante”, declaran los científicos.
El trabajo, que es el más grande de este tipo, recogió datos de 312 281 mujeres embarazadas en 29 países de América Latina, África, Pacífico occidental, Mediterráneo oriental y sudeste asiático. De estas mujeres, 4189 tenían anemia grave (hemoglobina menor de 7 g/dL.) y fueron emparejadas con 8218 mujeres sin anemia grave.
Estudios previos habían sugerido que la anemia estaba fuertemente asociada con la mortalidad, pero esto podría ser debido a otras razones clínicas, y no directamente a la anemia. Este estudio es el primero que considera los factores que influyen en el desarrollo de anemia en el embarazo, como la pérdida de sangre o infección por paludismo. Esto podría haber sesgado los resultados de estudios previos.
Mejorar la prevención y el tratamiento
Los resultados mostraron que, cuando se controla por todos los factores asociados conocidos, el riesgo de mortalidad materna es el doble en las madres con anemia grave. La relación se observó en diferentes áreas geográficas y usando diferentes métodos estadísticos, lo que sugiere que existe una relación independiente entre la anemia grave y la mortalidad materna.
“Este trabajo ayudará a definir las políticas en salud en todo el mundo proporcionando evidencia científica de la importancia de la prevención y tratamiento de la anemia materna, en última instancia, salvando vidas y evitando muertes prevenibles”, comentan los investigadores.
Las estrategias para la prevención y tratamiento de la anemia materna incluyen proporcionar suplementos orales de hierro para las mujeres embarazadas, comida con alto contenido en hierro, mejora del acceso a cuidados prenatales en áreas remotas, el tratamiento de anquilostomiasis y el acceso a servicios de transfusión.
El estudio tiene limitaciones incluyendo su naturaleza observacional, lo que significa que la relación causal directa entre la anemia grave y la mortalidad materna no puede ser probada, debido a que otros factores podrían entrar en juego.
abril 4/2018 (agenciasinc.es)