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Una nueva investigación ha puesto de manifiesto que el betabloqueante propranolol disminuye el impacto de los recuerdos traumáticos cuando se usa en el contexto de la relocalización de los mismos.
Aunque observaciones previas apuntaban a que el propranolol reduce la consolidación de la memoria cuando es tomado inmediatamente después de un episodio traumático, en la práctica los resultados de diversos estudios habían mostrado ser contradictorios, debido principalmente a la dificultad de acceso al fármaco de manera rápida.
El nuevo estudio está basado en el concepto de que la consolidación de la memoria puede ser manipulada, en un proceso análogo al de la terapia de exposición narrativa, pero con la diferencia de que el evento traumático es recuperado en un entorno seguro y relocalizada. El recuerdo no es eliminado, pero pierde su categoría de amenaza si se consigue vincularlo claramente con otro momento del pasado. El propranolol puede ser administrado antes de este proceso, denominado reactivación, con lo que el recuerdo se debilita.
Los participantes de este estudio controlado por placebo recibieron esta terapia de reactivación una vez por semana durante 6 semanas. La percepción subjetiva del recuerdo se redujo progresivamente en los participantes que iniciaron la toma de propranolol 90 minutos antes del inicio de la segunda sesión. En comparación con el placebo, el grupo de tratamiento activo mostró una reducción significativa de los síntomas en dos escalas diferentes del síndrome de estrés postraumático (PTSD).
Debido a la elevada frecuencia de abandono de tratamiento en ambos grupos de pacientes, los investigadores indican que todavía se requieren estudios adicionales para demostrar definitivamente la eficacia del propranolol en la gestión del PTSD.
febrero 26/2018 (immedicohospitalario.es)