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Un nuevo estudio de la Universidad de Washington en Saint Louis ha determinado e ratones que el virus de Zika puede no ser único en su capacidad para causar abortos y defectos de nacimiento. Así lo exponen en un estudio que se publican en Science Translational Medicine.
El autor principal del trabajo, el profesor Jonathan Miner, reconoce que solo han estudiado el efecto de estos virus en modelos experimentales, pero «nuestros hallazgos sugieren que es posible que los virus relacionados con el zika, como el del Nilo Occidental, presenten el mismo riesgo para los fetos en desarrollo que el virus de Zika».
El virus de Zika atrajo la atención mundial a partir de 2015, por un brote en Brasil. La alarma aumentó cuando los investigadores relacionaron la infección en mujeres embarazadas con el riesgo de microcefalia en los neonatos.
Miner, que participó en el desarrollo de modelos de ratones infectados con el virus de Zika durante el embarazo, descubrió algunos trabajos dispersos en la literatura médica que sugieren que el virus del Nilo Occidental también podría transmitirse de madre a hijo antes del nacimiento, causando defectos congénitos. Pero nadie había probado rigurosamente esa posibilidad.
Así, inició los experimentos para averiguar si tanto el virus del Nilo Occidental como otro flavivirus, el de Powassan, podrían causar daño cerebral y muerte fetal similares.
El virus del Nilo Occidental infecta a miles de personas cada año en Estados Unidos. En la mayoría de los casos es asintomático, pero alrededor de mil personas al año desarrollan infecciones cerebrales graves que pueden causar problemas neurológicos persistentes.
El virus de Powassan es un patógeno diseminado por garrapatas. Apenas hay unas pocas docenas de casos documentados de enfermedades causadas por este virus en Estados Unidos; durante la última década, se han concentrado principalmente en la región de los Grandes Lagos.
Como parte del estudio, estos investigadores también indagaron en los efectos de dos virus transmitidos por mosquitos, remotamente relacionados con el de zika: chikungunya y de Mayaro. Inocularon en ratones hembra el día seis de gestación uno de los cuatro virus, y luego examinaron las placentas y los fetos una semana después.
Todos los virus infectaban placentas y fetos, pero el nivel de virus del Nilo Occidental fue entre 23 y 1500 veces superior a la presencia de los otros tres virus en las placentas, y de 3000 a 16 000 veces más alto en la cabeza los fetos murinos.
Además, el tejido cerebral de los fetos infectados con el virus del Nilo Occidental mostró daños graves al microscopio, mientras que el tejido cerebral en los fetos con chikungunya se mostraba normal.
Aproximadamente la mitad de los fetos cuyas madres estaban infectadas con el virus del Nilo Occidental o de Powassan murieron en los 12 días de la infección; en cambio, no murió ninguno de los fetos de madres infectadas con chikungunya o Mayaro.
Después, los investigadores infectaron placentas humanas con uno de los cuatro virus o con el virus de Zika. Descubrieron que los tres flavivirus, zika, Nilo Occidental y Powassan, se multiplicaron en las placentas, lo que no ocurrió con chikungunya o Mayaro.
«Nuestros datos muestran que otros flavivirus tienen la misma capacidad que el virus de Zika para infectar a las placentas, al menos en ratones. Puede ser que sea más difícil probar un vínculo entre el virus del Nilo occidental y los defectos congénitos porque la cantidad de casos es menor y las infecciones son más esporádicas».
El descubrimiento de Miner hace necesarios estudios epidemiológicos adicionales para determinar si la infección por el virus del Nilo Occidental puede causar aborto espontáneo y daño cerebral. «No quiero que la gente piense que es definitivamente una amenaza para las mujeres embarazadas y sus bebés», afirma Miner. «Estamos diciendo que es posible, pero hasta que lo sepamos con certeza, siempre es una buena idea usar repelente de insectos».
febrero 4/2018 (diariomedico.com)