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La neumonía adquirida en la comunidad (NAC) es una enfermedad inflamatoria pulmonar de causa infecciosa originada fuera del ámbito hospitalario y los pacientes afectados que presentan menos de 724 linfocitos/mm3 en sangre al ingreso en el hospital (neumonía linfopénica) tienen el doble de probabilidad de morir a los 30 días, según revela un estudio realizado por un equipo multidisciplinar de investigadores de los hospitales Universitario y Politécnico La Fe de Valencia, el Hospital Clínico de Barcelona y el Hospital Clínico Universitario de Valladolid.
La identificación de un subtipo inmunológico de NAC, neumonía con déficit de linfocitos, que se asocia con mayor mortalidad, ha sido publicada en la EBioMedicine y abre la puerta a estudiar en el futuro el papel de los fármacos que estimulan la proliferación y la función de los linfocitos para tratar esta forma de neumonía.
Según ha explicado a DM Rosario Menéndez, directora del Área Clínica de Enfermedades Respiratorias de La Fe de Valencia, «la idea surgió al plantearnos con un inmunólogo, Jesús Bermejo, si algunos pacientes podrían presentar insuficientes células de defensa, lo que impediría una adecuada respuesta al tratamiento antibiótico. Así, investigamos a partir de qué número de linfocitos aumentaba el riesgo de muerte».
A raíz de este enfoque, los investigadores analizaron una cohorte de 1550 pacientes reclutados por el grupo Neumonac de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (SEPAR) en un estudio liderado por la propia Menéndez y confirmado en una segunda cohorte de 2846 pacientes del Clínico de Barcelona, liderado por Antoni Torres.
En el primer grupo de estudio (formado por pacientes de múltiples hospitales españoles que incluían pacientes adultos hospitalizados, con o sin enfermedades crónicas pero excluyendo aquellos inmunodeprimidos) «confirmamos nuestra hipótesis al comprobar que había una correlación negativa entre número de linfocitos en el hemograma en urgencias y la supervivencia».
Con este hallazgo, buscaron la cifra de linfocitos para separar a los pacientes de mayor riesgo de muerte mediante modelos matemáticos que incluyen otros factores de mal pronóstico como son la gravedad inicial de la neumonía (medida por escala CURB65), el ingreso en la unidad de cuidados intensivos y el tratamiento antibiótico. Con esta cifra obtenida, comprobaron en otro grupo distinto de pacientes que el hallazgo era válido y se reproducía la mortalidad.
Implicaciones
Según los investigadores, en primer lugar, el hallazgo es útil para reconocer muy rápidamente a los pacientes más vulnerables, lo cual permitirá intensificar su atención y tratamiento. Además, se cuenta con la ventaja de que estos pacientes son fáciles de identificar utilizando un simple hemograma, el análisis de sangre más habitual disponible en todos los hospitales. «A partir de ahora vamos a estudiar con mayor profundidad que poblaciones específicas de linfocitos se reducen y, además, se pueden diseñar ensayos clínicos con nuevos fármacos que estimulan el aumento de células linfocitarias con el objeto de mejorar la supervivencia», ha comentado Menéndez.
Medidas disponibles y retos
La NAC es la infección que provoca más muertes en el mundo con una incidencia de entre 2-5 casos en adultos por mil habitantes y año. En la población adulta, además de la edad avanzada, la presencia de enfermedades respiratorias crónicas, cardíacas, diabetes y enfermedades renales, entre otras, aumentan el riesgo de padecer neumonías. Uno de los retos en el abordaje futuro es, según los especialistas, mejorar el diagnóstico microbiológico con points-of-care para el estudio de microorganismos habituales y multirresistentes.
Otro aspecto de gran interés actual es averiguar el impacto de la NAC a largo plazo y, de hecho, se está estudiando la asociación entre NAC y enfermedad en sistema cardiovascular. En estudios epidemiológicos de seguimiento tras haber padecido una neumonía, se ha observado que existe un mayor riesgo de presentar eventos cardiovasculares demostrado hasta años después. Mediante el estudio de biomarcadores, se está analizando la capacidad de predicción para identificar a pacientes con NAC y con riesgo cardiovascular.
Respecto a las opciones para disminuir su impacto, la más destacada el uso de las vacunas antigripal y antineumocócica. La nueva vacuna conjugada antineumocócica para adultos es capaz de reducir las neumonías causadas por neumococos de los serotipos contenidos en esta vacuna en aproximadamente un 50 por ciento. De forma más general, la abstención del hábito tabáquico y la higiene oro-dental también contribuyen como medidas preventivas frente a la NAC.
diciembre 21/2017 (diariomedico.com)