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Una de las posibles complicaciones durante las operaciones de tiroides es que se produzca un daño en los nervios laríngeos. Para evitar esto nació la neuromonitorización, que permite hacer un mapeado de la anatomía del cuello para poder extirpar el tiroides sin dañar los nervios, reduciendo así las consecuencias negativas que supondrían para el paciente, desde disfonías a afonías parciales o totales. Esto aporta seguridad al médico en su actuación y le permite prever la posible recuperación de un nervio dañado al tener datos numéricos de la lesión.
Sin embargo, el monitor empleado para la neuromonitorización ofrece una base de datos sobre la operación que contiene datos dispersos, con lo cual permite sacar gráficas de puntos específicos de la operación que se hayan guardado durante ésta, pero no admite hacer gráficas de la operación completa para comprobar la evolución de los nervios. Gracias al software NeuroHeli-T, se puede realizar esta limpieza de datos de manera automatizada, reduciendo en tiempo y errores el proceso, «además de permitir obtener gráficas de la operación completa para saber en qué punto exacto se produce un daño, cómo éste ha alterado los valores de latencia y amplitud de la señal, y cuál es su evolución», ha explicado Julia Casamayor López, programadora del software e Ingeniera de la Salud por la Universidad de Sevilla, durante una mesa redonda sobre la Medicina del futuro celebrada en el I Congreso de Medicina y Ciencias Biomédicas en Sevilla.
NeuroHeli-T analiza los datos bajo patrones de preguntas al usuario como ¿ambos lados fueron operados?, o ¿qué lado se monitorizó primero?, que son detalles de la operación de los que no existen diferencia en la base de datos. Seguido a estas preguntas, este software examina los datos, los limpia y ofrece una tabla con los datos listos para usarlos. Tiene también las opciones de realizar gráficas y exportarlas a Word o Excel. «Entre los beneficios del uso de NeuroHeli-T para este procedimiento, -destaca Casamayor- se encuentran que el tiempo que se tarda en obtener gráficas de la operación completa para su análisis se reduce de una media de cinco horas a dos minutos por operación, y que al ser un proceso totalmente automatizado disminuye el error humano y la necesidad de revisión por parte de un especialista».
Cáncer de próstata
Mejorar los resultados de diagnóstico y el índice terapéutico de los agentes quimioterápicos en cáncer de próstata es el objetivo que persiguen los nanovectores micelares ‘inteligentes’ mediante la entrega dirigida de agentes citotóxicos al tumor prostático, solventando así el principal problema de la quimioterapia, que es su carencia de selectividad, y evitando así los efectos secundarios derivados de su uso.
Christian Rosales Barrios, del Grupo de Síntesis Asimétrica y Nanosistemas Funcionales del Instituto de Investigaciones Químicas (Instituto mixto CSIC-Universidad de Sevilla), ha presentado durante este congreso, dos nuevos nanovectores dirigidos al antígeno de membrana específico de próstata (PSMA), desarrollados mediante un método de síntesis ventajoso respecto a otros reportados hasta la fecha y que presentan una serie de características que los convertirían en ideales para su posible empleo en ensayos biológicos futuros: tamaño por debajo de los 100 nanómetros; gran capacidad de carga de agentes citotóxicos (docetaxel y sorafenib) y de imagen (Nile Red y DTTCI, fluoróforos); liberación controlada y sostenida en el tiempo de éstos; y una potencia hasta 100 veces superior a la del fármaco libre en ensayos de citotoxicidad.
El grupo ha escogido un enfoque bottom-up para la síntesis de los monómeros que generan estos nanovectores por auto-asociación supramolecular. Esta metodología permite generar sistemas nanométricos complejos a partir de moléculas o arquitecturas más sencillas. A través de este método, han conseguido desarrollar micelas como nanovectores de tercera generación para dirigir agentes citotóxicos y de imagen a las células cancerosas. En comparación con los sistemas multivalentes basados en la formación secuencial de enlaces covalentes, cuyas síntesis son tediosas, los sistemas multivalentes formados por autoasociación supramolecular presentan la gran ventaja de necesitar solamente la síntesis de un único monómero.
«Creemos que el PSMA es la diana ideal para el diagnóstico y tratamiento del cáncer de próstata, ya que se expresa de manera abundante en todas las células del cáncer, por lo que se podría visualizar la masa tumoral al completo; por otra parte, su expresión aumenta a medida que aumenta la agresividad del cáncer, por lo que se podría discernir el estadio o agresividad de éste; y, además, se expresa entre 100 y 1000 veces más en el cáncer de próstata que en los tejidos en los que tiene una expresión fisiológica, por lo que se podría desarrollar una terapia selectiva dirigida al PSMA, esperando superar los efectos negativos de la quimioterapia convencional», indica Rosales.
Los dos nanovectores desarrollados se denominan DIP-PEG4-PCDA 1 y 2. DIP correspondería al ligando de reconocimiento celular dirigido a PSMA (un pseudodipéptido glutamato-lisina de la familia de inhibidores del PSMA basados en urea); PEG correspondería al espaciador polietilenglicol que le da solubilidad en agua a la molécula y hace que escape de la vigilancia del sistema inmune; y PCDA correspondería a la parte apolar responsable de la autoorganización supramolecular para que se puedan formar las micelas. «Este PCDA consta de una función dialquino que, al ser irradiada con luz ultravioleta, hace que se forme una matriz polimérica que aumenta la estabilidad de las micelas, que normalmente presentan una alta tendencia a la dilución. La diferencia existente entre ambos nanovectores radica en la unión entre el espaciador y la parte apolar, siendo un enlace amida en el caso del compuesto 1 y un anillo de triazol en el caso del compuesto 2″, concluye.
diciembre 20/2017 (diariomedico.com)
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