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Investigadores del Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos, de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y del Instituto Nacional de Ciencias Neurológicas de Perú han probado, utilizando un modelo animal, que el pretratamiento con el fármaco Etanercept (ETN) puede ser una estrategia viable para controlar la inflamación posterior al tratamiento con cisticidas en caso de neurocisticercosis, una causa importante de epilepsia en países en desarrollo de todo el mundo.
La neurocisticercosis (NCC) es la infección parasitaria más común del Sistema Nervioso Central y afecta a entre el 2 y el 4 por ciento de la población en los países endémicos, fundamentalmente, en regiones en vías de desarrollo. Es causada por larvas de Taenia solium y se transmite desde la vía fecal a la oral.
El tratamiento con cisticidas para matar a los parásitos alojados en el cerebro a menudo provoca inflamación que puede causar una amplia variedad de problemas neurológicos, entre los más comunes, crisis convulsivas en los pacientes.
Actualmente, los médicos emplean corticosteroides para controlar esta respuesta inflamatoria, pero esto tiene un alto costo de efectos secundarios graves cuando los tratamientos son prolongados y a altas dosis. La investigación básica había sugerido que otros fármacos antiinflamatorios, incluidos los bloqueantes del factor de necrosis tumoral alfa (o TNF-α), pueden suprimir algunas vías implicadas en la inflamación inducida por el tratamiento.
“En general, el bloqueo del TNF-α utilizando el tratamiento con ETN moduló la expresión de una gran variedad de genes que desempeñan un papel en la inducción y el control de la inflamación y en los cambios estructurales. Por el contrario, el número de células inflamatorias solo disminuyó moderadamente, lo que sugiere efectos más débiles sobre la migración celular hacia las cápsulas inflamatorias que rodean a los quistes que sobre la liberación de moléculas moduladoras”, apuntan los investigadores.
De este modo, ETN, que se emplea desde hace más de 20 años en el tratamiento de varias enfermedades de origen autoinmune, puede proporcionar una estrategia viable para controlar la inflamación posterior al tratamiento antiparasitario para la neurocisticercosis.
“Ha demostrado una notable eficacia como agente antiinflamatorio en la artritis reumatoide y en las enfermedades inflamatorias del intestino y su perfil de seguridad es bien conocido «, señala el equipo de investigadores. «Nuestros datos demuestran que el bloqueo de TNF-α induce una potente supresión de la inflamación pericística –alrededor del quiste- después del tratamiento en un modelo de infección natural de NCC», concluyen.
diciembre 13/2017 (noticiasdelaciencia.com)