Las lesiones en la edad pediátrica suelen ser de menor tamaño, más finas y descamativas, y en muchos casos se puede retrasar el diagnóstico. «Se diagnostica tarde porque se piensa antes en otras enfermedades, como la dermatitis atópica», ha indicado Raúl de Lucas, miembro del Grupo de Dermatología Pediátrica de la AEDV.

En la infancia y adolescencia, ciertos tipos de psoriasis son más frecuentes que en otras edades, como la psoriasis  guttata o en gotas, que suele estar precedida por una faringitis estreptocócica o una infección perianal. Además, en los niños, las áreas más afectadas suelen ser el cuero cabelludo y la cara, seguidas de la superficie de rodillas, codos, tronco e ingle.

Pedro Herranz, miembro del Grupo de Psoriasis de la AEDV, ha comentado que la infancia ha sido, tradicionalmente, «una etapa un poco huérfana en cuanto a tratamientos». Sin embargo, cada vez se dispone de más fármacos con indicaciones pediátricas basadas en la evidencia. Tal y como ocurre en otras enfermedades, «cuanto antes se trate, menor será el impacto de la enfermedad».

Comorbilidad

«La psoriasis pediátrica suele ser más leve, pero no hay que olvidar que va asociada a comorbilidades», ha resaltado de Lucas. Se sabe que el riesgo de padecer psoriasis es directamente proporcional al de tener sobrepeso y obesidad mórbida. De hecho, el 30 por ciento de estos niños tienen síndrome metabólico, cuando la incidencia de este problema en la población general es de un 6 por ciento.

Asimismo, la psoriasis en la infancia puede presentarse con afectación articular y se asocia a comorbilidades en la esfera mental, fundamentalmente depresión y ansiedad. También se ha apreciado en los adolescentes con psoriasis una mayor frecuencia de hábitos tóxicos como el abuso del alcohol o el tabaquismo.

Tratamiento adaptado

En lo que se refiere al tratamiento, los expertos han resaltado que debe ser adaptado. «Aunque la mayoría de los niños y adolescentes con psoriasis solo precisarán tratamiento tópico, es importante conocer las indicaciones y el manejo de las terapias sistémicas, ya que frecuentemente el paciente pediátrico está infratratado por miedo o desconocimiento. No obstante, no todas las opciones del adulto son aptas en la infancia. Algunos fármacos tienen una evidencia limitada en pacientes pediátricos, otros están aprobados a partir de los seis años y otros están en estudio», ha argumentado Pedro Herranz.

Por su parte, el presidente de la AEDV, Pedro Jaén, ha insistido en que «este trastorno debe ser evaluado por un dermatólogo, el médico especialista en los problemas de la piel». Y ha añadido que, a pesar de que no existe ninguna terapia curativa, los pacientes pueden experimentar una «gran mejoría y tener una buena calidad de vida».

Cristina Tiemblo, vocal nacional de Dermofarmacia del Consejo General de Colegios de Farmacéuticos, ha expresado la importancia de la «coordinación entre médicos y farmacéuticos en temas como la psoriasis», que puede ser clave para «mejorar la adherencia al tratamiento y la calidad de vida de los pacientes».
octubre 27/2017 (diariomedico.com)