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9
Investigadores españoles han demostrado que un programa de ejercicio de cinco semanas, basado en la famosa disciplina de Zumba, incrementa la calidad de vida en trabajadores universitarios inactivos. La mayoría de estas mejoras se mantienen hasta 2 meses después.
Las jornadas laborales actuales del ámbito público universitario abarcan un horario de 8 horas con tareas predominantemente sedentarias y, por tanto, suponen un factor de riesgo potencial para la salud de esta población.
En este sentido, es necesario desarrollar intervenciones para la mejora de la salud en este sector laboral, la promoción de hábitos de vida saludables y la calidad de vida en general a través de programas de ejercicio novedosos y atractivos.
Las jornadas laborales actuales con tareas predominantemente sedentarias suponen un factor de riesgo potencial para la salud.
Ahora, científicos de la Universidad de Granada (UGR) han demostrado que un programa de ejercicio de cinco semanas, basado en la disciplina Zumba Fitness®, mejora la calidad de vida en trabajadores universitarios inactivos, especialmente el aspecto emocional, y la mayoría de estas mejoras podrían mantenerse hasta 2 meses después.
La investigación, publicada en Health Education Journal, valoró la repercusión en la calidad de vida de los participantes a corto y medio plazo. La calidad de vida es un concepto amplio que abarca diversos aspectos: social, emocional, estado físico, dolor corporal, funcionamiento físico, vitalidad, salud mental y estado de salud general.
Yaira Barranco Ruiz y Emilio Villa González encabezaron este estudio piloto durante cinco semanas junto con un equipo de expertos internacionales de la Universidad Nacional de Chimborazo (Ecuador).
El programa de ejercicio físico se realizó durante 3 días a la semana y al finalizar la jornada laboral, mediante clases de una hora instruidas por un técnico certificado ZIN (Zumba Fitness Instructor) y graduado en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte.
Los beneficios de la actividad física
El experimento generó aumentos significativos en la mayoría de las dimensiones de la calidad de vida de los participantes. Es más: incluso dos meses después de que finalizara la intervención, la mayoría de las dimensiones seguían manteniendo niveles por encima de los registrados al inicio del programa.
Además, explican Barranco y Villa, “es interesante resaltar que la dimensión emocional, con valores más bajos inicialmente, fue la que experimentó valores más altos al finalizar el programa de ejercicio y, por tanto, una mayor mejoría”.
Los investigadores de este estudio piloto han llevado a cabo un nuevo estudio más amplio, con una intervención de 16 semanas correspondientes a un cuatrimestre académico, donde nuevas y diversas variables relacionadas con la salud de los participantes han sido analizadas, como la condición física asociada a la salud, la composición corporal, el perfil metabólico y los hábitos nutricionales.
Los resultados preliminares de este estudio han sido presentados en el emblemático congreso internacional del Colegio Americano de Medicina del Deporte: “American College of Sport Medicine: 63thACSM’s Annual Meeting, 2016 en Boston (Massachusetts, Estados Unidos) y 64th ACSM’s Annual Meeting en Denver (Colorado, Estados Unidos).
octubre 8/2017 (agenciasinc.es)