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Con motivo de la VIII Carrera Popular del Corazón celebrada en España se ha querido recordar los puntos clave en la práctica del deporte seguro: vigilar la intensidad del ejercicio y someterse a un reconocimiento médico predeportivo que descarte la presencia de enfermedad cardiovascular.
La fórmula más conocida para calcular la frecuencia cardiaca máxima consiste en restar a 220 la edad. Sin embargo, los expertos recomiendan no alcanzar ese límite. «Aparte de la posibilidad de desestabilizar una enfermedad oculta, el simple hecho de llegar, mantener o sobrepasar la frecuencia cardiaca hace que el flujo de bombeo del corazón no aumente pese a que la frecuencia cardiaca sí lo haga. Esto hace que el corazón se haga relativamente insuficiente», ha explicado Emilio Luengo, miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Española del Corazón (FEC).
Con motivo de la VIII Carrera Popular del Corazón, celebrada en Madrid, la FEC ha querido recordar la importancia de practicar ejercicio físico de forma segura, vigilando la intensidad, y la necesidad de someterse a un reconocimiento médico predeportivo para descartar la presencia de enfermedad cardiovascular y reducir el riesgo de sufrir una muerte súbita cardiovascular.
Vigilar la intensidad a la que practicamos deporte es uno de los puntos clave a los que debemos prestar atención si queremos sacarle provecho. «La frecuencia cardiaca ha demostrado ser un fino detector de los condicionantes del ejercicio físico y nos permite controlar el entrenamiento y sus avances», ha indicado Luengo, quien destaca el desarrollo de dispositivos que permiten medirla y controlarla fiablemente. «Solo hay que aprender a usarlos razonablemente y hacerles caso», añade.
Hay que tener en cuenta que existen varios factores que limitan la frecuencia cardiaca. El principal es la edad; pero no debemos olvidar otros como el sexo, el nivel de frecuencia cardiaca en reposo y el tipo de ejercicio o de entrenamiento. «Además, la posibilidad de una enfermedad también la limita en cierta manera».
Es por eso que antes de someter al cuerpo a un ejercicio físico intenso, es importante descartar la presencia de enfermedades cardiovasculares previas. «Si somos menores de 35 años debemos haber descartado la presencia de enfermedades con un componente genético o congénito. Si nos acercamos o sobrepasamos la cuarentena, la enfermedad cardiovascular que más puede darnos la lata es la enfermedad coronaria. Por eso, debemos descartar que la tengamos».
Precisamente para descartar la presencia de enfermedad cardiovascular es importante someterse a un reconocimiento médico predeportivo, que deberá repetirse cada cinco años en jóvenes y cada dos en mayores, siempre y cuando resulten normales. También es recomendable someterse a un reconocimiento médico antes de la realización de alguna prueba excepcional.
Las enfermedades cardiovasculares siguen siendo la primera causa de muerte en España y el 80 por ciento serían evitables siguiendo hábitos de vida saludables. Esto es, una dieta equilibrada y la práctica de ejercicio físico de forma regular.
¿Cómo realizar ejercicio de forma adecuada?
Los beneficios del deporte son innegables pero queremos recalcar que debemos practicarlo de forma sensata», ha indicado José Luis Palma, vicepresidente de la Fundación Española del Corazón. Por eso desde la fundación dan las siguientes recomendaciones:
• Realizarse un reconocimiento médico predeportivo, que incluirá un electrocardiograma en reposo.
• Descansar y dormir bien antes de practicar deporte.
• Recuperarse entre sesión y sesión de entrenamiento.
• Alimentarse bien: ingerir suficientes hidratos de carbono complejos, proteínas y grasas monoinsaturadas como el aceite de oliva extra virgen; y no olvidar la hidratación antes, durante y después del ejercicio físico.
• Escuchar a nuestro organismo y controlar los factores de riesgo durante la práctica deportiva: presión elevada, aparición de síntomas como mareos, palpitaciones, disnea y dolor precordial.
«Obviar estos consejos puede provocar efectos perjudiciales como aumento del riesgo cardiovascular, lesiones articulares y musculares, o síndrome de sobreentrenamiento, que aparece cuando una persona entrena demasiado pero no es capaz de adaptarse al esfuerzo, lo que conlleva riesgos para el sistema cardiovascular, neuroendocrino e inmunológico», ha concluido Palma.
octubre 6/2017 (diariomedico.com)