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Los resultados de una reciente investigación avalan de nuevo la idea de que la acumulación de proteínas anómalas en el cerebro es señal de una etapa temprana de la enfermedad de Alzheimer, y que incluso las personas sin señales externas de demencia pueden tener niveles anómalos de proteína β-amiloide en el cerebro.
El nuevo estudio incluyó a 445 adultos estadounidenses y canadienses, con una edad media de 74,0 ± 5,9 años, que no tenían señales de demencia al principio, pero 202 de ellos presentaban niveles elevados de proteína β-amiloide en el cerebro, detectado mediante tomografía por emisión de positrones o muestras de líquido cefalorraquídeo.
En general, las personas con niveles elevados de β-amiloide experimentaron un declive más marcado en la memoria y otras habilidades mentales en los siguientes tres años. Al cuarto año, casi un tercio habían desarrollado síntomas coherentes con la etapa prodrómica de enfermedad de Alzheimer.
Un pequeño número de participantes del estudio ha recibido un seguimiento de hasta diez años. Según sus resultados, los investigadores prevén que un 88 % de los que tienen un nivel elevado de proteína β-amiloide habrán desarrollado un declive mental tras una década. El estudio fue publicado en JAMA.
julio 26/2017 (neurología.com)