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Niños cuyas enfermedades han agotado todos los tratamientos disponibles o con enfermedades muy graves o infrecuentes en las que las aproximaciones actuales resultan muy cruentas. Para algunos de ellos, las terapias génicas y celulares avanzadas representan una nueva oportunidad y una realidad terapéutica, según las experiencias clínicas presentadas en el Hospital Niño Jesús de Madrid.
Las terapias avanzadas son medicamentos de uso humano basados en genes, en células o en tejidos. Su origen puede ser autólogo o alogénico e incluso xenogénico. Son nuevas estrategias orientadas a desarrollar tratamientos para enfermedades que, en el momento actual, carecen de terapia eficaz.
De momento, los ensayos ya han hecho hincapié en la seguridad y en la ausencia de toxicidad. La total eficacia dependerá del perfeccionamiento de las estrategias y del seguimiento de los ensayos clínicos. Sin embargo, las experiencias con terapias avanzadas que se han presentado en el Hospital Infantil Niño Jesús de Madrid, algunas de ellas primeras llevadas a cabo en el mundo, «sí demuestran beneficios y mejorías muy significativas, en niños que no disponen de otro tipo de opciones, con la administración de este tipo de tratamientos, auténticos medicamentos que se preparan en la Sala Blanca de la Fundación para la Investigación Biomédica de este hospital», según Manuel Ramírez Orellana, del Servicio de Oncohematología del Niño Jesús.
Displasia broncopulmonar
En colaboración con este centro, el Servicio de Cardiología Pediátrica del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, ha aplicado células mesenquimales procedentes de cordón umbilical, creadas en el Niño Jesús, en dos niños afectados de displasia broncopulmonar mediante uso compasivo. Esta enfermedad afecta fundamentalmente al gran prematuro y actualmente carece de tratamiento efectivo. Los datos, según María Álvarez Fuente, investigadora y cardióloga del Ramón y Cajal, señalan que la administración intravenosa de estas células «disminuye la inflamación del pulmón y ayudan a regenerarlo». El siguiente paso, otro ensayo clínico, será aplicar esta terapia avanzada en diez pacientes con alto riesgo de desarrollar la enfermedad, lo que «podría constituir una terapia preventiva o curativa en estadio temprano, evitando un daño irreversible al pulmón». En este ensayo multicéntrico español, el primer objetivo será confirmar seguridad, «aunque es evidente que aportará datos de eficacia».
Artritis reumatoide idiopática
En el Niño Jesús se encuentran abiertas distintas estrategias de ensayo terapéutico avanzado. Juan Carlos López Robledillo, de la Sección de Reumatología Pediátrica, ha explicado los datos en artritis reumatoide idiopática juvenil, dolencia cuya destrucción en las articulaciones puede llegar a ser incapacitante. La terapia avanzada se contempla en niños con enfermedad refractaria a la medicación convencional. «Las células madre mesenquimales se han empleado, por vía intraarticular en dos pacientes que si hubieran sido adultos habrían sido subsidiarios de prótesis de recambio. Es una experiencia escasa, pero prometedora, ya que hasta el momento actual, ha sido beneficioso en el mantenimiento de la capacidad funcional y reducción del dolor, lo que se traduce en aumento de calidad de vida. El efecto regenerador, un objetivo último, no ha sido todavía totalmente demostrado, pero continuamos investigando y manteniendo como alternativa a falta de terapias». Por su efecto antiinflamatorio e inmunomodulador, también se sugiere su exploración en enfermedades sistémicas autoinmunes, lo que las convierte en una especie de novedosa inmunoterapia.
El devastador síndrome de Rasmussen
Similares características inmunológicas inflamatorias aparecen en el origen de ciertos tipos de epilepsia refractaria infantil, enfermedad en la que la Sección de Neuriopediatría del Niño Jesús dispone de experiencia con terapia celular avanzada. Entre el 10 y el 40 por ciento de los pacientes son resistentes a los tratamientos farmacológicos actuales. El cambio a otras estrategias sóolo aportan entre un 10 y 20 por ciento más de control. El grupo restante no respondedor terapéutico es el más idóneo para la recepción de las nuevas terapéuticas, indica Verónica Cantarín Extremera, de la citada sección. La infusión intraarterial de células madres mesenquimales en el síndrome de Rasmussen, dolencia que puede acompañarse de deterioro cognitivo y motor y de consecuencias devastadoras en algunos pacientes, «ha permitido obtener el control, con una reducción del 80 por ciento en el número de crisis epilépticas diarias». Cantarín subraya que las infusiones repetidas son necesarias para el control de la crisis y que se está estudiando el uso precoz de esta terapia, pues podría tener un papel importante en la reducción de secuelas».
Necrosis avasculares, muy mal pronóstico
Secuelas graves las que pueden originar las necrosis avasculares, incluso parálisis permanentes, tanto las que se originan en la cadera y rodilla y que son secundarias al tratamiento con corticoides en pacientes oncológicos, como las idiopáticas, denominadas de Perthes, generalmente en la cabeza del fémur, cuyo destrozo articular requiere de prótesis con un pronóstico no muy favorable, sobre todo en preadolescentes y adultos jóvenes. «Infiltrar de forma intraarticular células mesenquimales es ofrecer un soporte biológico y evitar la degeneración», señala Sergio Martínez Álvarez, del Servicio de Cirugía Ortopédica y Traumatología del Niño Jesús, cuyo equipo comenzó su experiencia pediátrica derivada de la de los adultos. Este equipo ha empleado la terapia celular en uso compasivo y, «aunque no se ha conseguido revertir totalmente la necrosis, sí detiene un poco el proceso degenerative y mejora los síntomas y , fundamentalmente el dolor, que en muchos casos requiere hasta parches de morfina. La terapia les ha permitido realizer una vida relativamente normal».
marzo 26/2017 (diariomedico.com)