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Un compuesto presente en el té verde podría tener efectos terapéuticos para pacientes con mieloma múltiple y amiloidosis, a juzgar por lo que ha descubierto un equipo de investigadores de la Universidad Washington en San Luis de Misuri, Estados Unidos, y sus colaboradores alemanes.
El mieloma múltiple y el grupo de dolencias conocido como amiloidosis conllevan complicaciones a menudo fatales asociadas con trastornos de la médula ósea.
Jan Bieschke, profesor en la citada universidad, estudia cómo las proteínas se pliegan y adoptan formas, y cómo estos procesos, cuando funcionan mal, pueden contribuir a una serie de enfermedades. El compuesto epigalocatequina-3-galato (EGCG), un polifenol presente en las hojas de té verde, podría tener un beneficio palpable para pacientes que luchan contra el mieloma múltiple y la amiloidosis. Estos pacientes son susceptibles de sufrir un tipo de daño, frecuentemente mortal, en el que partes de sus propios anticuerpos adoptan formas incorrectas y pueden acumularse en varios órganos, incluyendo el corazón y los riñones.
El equipo de Bieschke aisló primero muestras de estas estructuras proteicas anómalas de nueve pacientes con trastornos de la médula ósea que ocasionaron mieloma múltiple o amiloidosis, y después realizaron experimentos de laboratorio con ratas para determinar cómo afectaba el compuesto del té verde a tales estructuras anómalas.
Bieschke examinó anteriormente el efecto de la EGCG tanto en la enfermedad de Parkinson como en la de Alzheimer, y encontró que impedía las acumulaciones proteicas peligrosas que se dan en ambas enfermedades. Él y sus colegas han llegado ahora a una conclusión similar en este estudio: en pacientes con trastornos de médula ósea, la EGCG transformó a esas estructuras proteicas anómalas, evitando que la forma deforme se replicara y se acumulara peligrosamente.
febrero 13/2017 (noticiasdelaciencia.com)
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