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Un estudio llevado a cabo por investigadores del grupo de Fisiología y Fisiopatología del Instituto de Investigación Valle de Hebrón (VHIR) y del Instituto de Genética Humana del Hospital Universitario de Heidelberg de Alemania sirve para ofrecer un poco más de luz y abrir nuevas vías de investigación en intestino irritable.
En su trabajo los investigadores dirigidos por Javier Santos, María Vicario y Beate Nielser han descubierto dos mecanismos moleculares que controlan la expresión de proteínas indispensables para el mantenimiento del epitelio intestinal. Esto servirá para utilizarlos como marcadores para el diagnóstico del síndrome de intestino irritable. «Ha sido un avance fundamental el descubrir estos marcadores genéticos, que nos permitirán identificar más fácilmente a los pacientes. Esto será de gran ayuda a la hora de diagnosticar aquellos que padecen el intestino irritable, pero pensamos que puede ser también de gran ayuda para todas aquellas enfermedades que tienen un comportamiento similar» explicaba Santos.
Para llevar a cabo la investigación se compararon las biopsias de 43 pacientes del Hospital Valle de Hebrón con intestino irritable con las de 24 personas sanas. Así fue como se descubrió que dos marcadores genéticos modulaban las moléculas Claudina 2 i Cingulina de una forma diferente en los pacientes enfermos y los del grupo de control. Estas moléculas se encargan de mantener una barrera óptima ente el exterior y el interior del intestino, controlando de esta forma la permeabilidad epitelial y evitando que sustancias nocivas accedan al interior del organismo.
Aunque estas moléculas ya se había descubierto en investigaciones anteriores, este nuevo estudio se ha centrado en los mecanismos que desencadenan la alteración en su expresión. Después de varios experimentos, el equipo de investigación demostró que si se inhibían los mecanismos que regulan estas moléculas, se producían cambios contrarios en su expresión y en la permeabilidad intestinal.
Ayuda en el diagnóstico
Hasta la fecha el diagnóstico del intestino irritable no contaba con herramientas. Solo tras descartar otras enfermedades y con el seguimiento del paciente durante mucho tiempo se podía llegar a diagnosticarse. Este trabajo ofrece ahora una nueva herramienta que permitirá ahorrar mucho tiempo y que facilitará enormemente el trabajo de los especialistas.
Y es que a pesar de su frecuencia, el intestino irritable sigue siendo bastante desconocido. Aunque en los últimos años esta tendencia está cambiando. Este último trabajo es sólo un paso más a la hora de entender mejor como funciona la enfermedad. «Tradicionalmente ha habido siempre una duda de saber si se trataba de un trastorno primario o uno secundario asociado a otro tipo de problemas. Ahora cada vez está más claro que se trata del primer caso, sabemos mejor como funciona y cuales son los mecanismos que llevan al organismo a buscar eliminar sustancias que considera nocivas de esta forma» explicaba Javier Santos.
Nuevas vías de investigación
Aunque la aplicación más inmediata de este descubrimiento es en el diagnóstico del intestino irritable, también se abren nuevas puertas de cara a futuros tratamientos. «Lo que tenemos que hacer ahora es que, una vez sabemos como estas moléculas afectan a parte de la barrera intestinal, al estarla alterando, encontrar como poder regularlas para que esta funcione bien otra vez, bien mediante técnicas genéticas o de otro tipo» finalizaba Santos.
Los investigadores del VHIR también han iniciado ahora un segundo estudio para poder validar de una forma no invasiva si los marcadores descubiertos son específicos del intestino irritable o se trata de marcadores generales que funcionan también en otras enfermedades en las cuales se ve afectada la permeabilidad intestinal. La diabetes, la cirrosis o la artritis reumatoide entre otras pueden estar relacionadas igualmente con estos marcadores genéticos.
enero 29/2017 (diariomedico.com)