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La proteína NOX4 contribuye a la migración e invasión de las células tumorales. El nuevo hallazgo acaba de publicarse en Oncogene y abre nuevas vías a fármacos específicos.
Investigadores del grupo de TGF-beta y Cáncer del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell), en colaboración con el King’s College de Londres, han demostrado el papel de la NADPH oxidasa NOX4 como inhibidor de la transición epitelio-ameboide, un proceso que contribuye a la migración e invasión de las células tumorales, según los datos de un estudio que acaba de publicarse en Oncogene.
En estudios anteriores, los investigadores ya habían propuesto NOX4 como un supresor tumoral en el hígado, ya que inhibe la proliferación celular. «En este trabajo, demostramos que NOX4 es también un importante inhibidor de la invasión y metástasis de las células tumorales del hígado», explica Isabel Fabregat, líder del grupo de investigación del Idibell.
Biomarcadores pronóstico
Los estudios In vitro indican que el silenciamiento de NOX4 en células hepáticas tumorales induce un movimiento migratorio que se conoce como ameboide. El movimiento ameboide, relacionado con la contractilidad de las células, está regulado por la familia de proteínas Rho; una mayor expresión de estas proteínas da lugar a este tipo de movimiento, asociado con metástasis agresivas.
En el estudio en pacientes, se observa que un importante número de casos tienen silenciado NOX4; además, aquellos pacientes con una baja expresión de NOX4 y una alta expresión de proteínas Rho, presentan mucho peor pronóstico. «Esto otorga a nuestro estudio In vitro una relevancia translacional, ya que propone nuevos biomarcadores pronóstico para este tipo de cáncer», comenta la investigadora del Idibell.
Desarrollo de inhibidores
NOX4 está regulado a nivel transcripcional por la citocina TGF-beta, estudiada por el grupo de investigación desde hace más de 15 años. Se sabe que TGF-beta actúa como supresor tumoral en estadios tempranos, pero pasa a ser un inductor en estadios tardíos. De acuerdo con estudios previos del grupo, cuando el nivel de expresión de NOX4 es alto, TGF-beta se estaría comportando como supresor y la utilización de fármacos inhibidores de TGF-beta sería contraproducente.
El presente estudio sugiere que cuando el nivel de expresión de NOX4 es bajo y el de proteínas Rho es alto, los pacientes podrían ser candidatos para este tipo de fármacos. «Así pues, la baja expresión de NOX4 no solo podría emplearse como marcador de mal pronóstico, sino también como marcador para la utilización de fármacos inhibidores de TGF-beta», concluye Fabregat.
El trabajo, cuya principal autora es Eva Crosas-Molist, ha sido codirigido entre Victoria Sanz Moreno, de King’s College, e Isabel Fabregat por parte del Idibell. Estos hallazgos han redireccionado la línea de investigación del grupo del Idibell, que ahora se centrará en estudiar en profundidad los mecanismos moleculares regulados por NOX4 en cáncer de hígado.
diciembre 28/2016 (diariomedico.com)