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Científicos descubrieron que la espermidina, compuesto presente en quesos curados, leguminosas y ciertos cereales, contribuye a la reparación de las células, lo que ayuda a prolongar la vida, publica la revista Nature Medicine.
Según comprobaron en un momento temprano de la investigación, la sustancia alarga la vida de las moscas de la fruta y de sus larvas.
En otra fase del estudio se proporcionó espermidina disuelta en agua a un grupo de roedores mientras que otro grupo recibió agua normal.
Los resultados revelaron una mayor esperanza de vida en aquellos roedores que habían ingerido espermidina, manifestándose los efectos incluso en los ratones que la tomaron a una edad adulta.
En los animales que comen mucho queso se observó una mejoría en el funcionamiento del corazón y una reducción de la presión sanguínea.
En otra etapa del experimento en la que participaron 800 voluntarios italianos, se comprobó que aquellos que tenían un alto nivel de espermidina en su dieta presentaban una tensión arterial más baja y 40 por ciento menos de riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
Según datos de otro estudio, las personas que consumían unos 80 gramos de queso curado al día aumentaban sus niveles de colesterol bueno, en comparación con aquellos que comían queso no curado o que ni siquiera lo probaban.
noviembre 24/2016 (PL)
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