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Se ha conseguido identificar un factor en células hepáticas que es responsable de convertir un trastorno del hígado tolerable, presente en bastantes personas, en una enfermedad grave que puede llevar a la insuficiencia hepática.
Con el aumento de la obesidad en muchas naciones industrializadas, la incidencia del trastorno del hígado graso no alcohólico, en el que un exceso de grasa llena el hígado, ha alcanzado niveles de epidemia. La grasa extra en el hígado es generalmente tolerable, pero en una de cada cinco personas, el trastorno del hígado graso no alcohólico evoluciona hacia algo más grave, la esteatohepatitis no alcohólica.
En la esteatohepatitis no alcohólica, el hígado se inflama, queda surcado por tejido cicatricial fibroso, y las células hepáticas empiezan a morir. Los pacientes con esteatohepatitis no alcohólica corren el riesgo de sufrir insuficiencia hepática y de contraer cáncer de hígado. Por desgracia, no existen fármacos en el mercado que puedan detener la enfermedad o enlentecer su avance.
Dado que la cantidad de fibrosis en el hígado está asociada con un mayor riesgo de muerte por esteatohepatitis no alcohólica, el equipo de Ira Tabas y Xiaobo Wang, del Centro Médico de la Universidad de Columbia en la ciudad estadounidense de Nueva York, buscó formas de detenerla en un modelo de ratón de la esteatohepatitis no alcohólica.
En la investigación, se alimentó a ratones con una dieta rica en azúcar y grasa hasta que desarrollaron rasgos parecidos a la esteatohepatitis no alcohólica en sus hígados.
La investigación reveló que en las células hepáticas, el factor TAZ, previamente desconocido en la esteatohepatitis no alcohólica, desempeña un papel crítico a la hora de iniciar la fibrosis, y que esta se detiene en ratones con esteatohepatitis no alcohólica cuando se desactiva el TAZ en sus células hepáticas. En los experimentos, se comprobó además que, con la desactivación del TAZ, las fibras ya existentes en el hígado se disolvieron. El resultado de todo ello se puede definir esencialmente como un cese de la enfermedad y la vuelta a la normalidad. Otros dos rasgos esenciales de la esteatohepatitis no alcohólica, la inflamación y la muerte celular, también se vieron reducidos cuando se apagó el TAZ. La acumulación de grasa en el hígado no se vio afectada.
Basándose en sus exámenes de biopsias de hígado de pacientes de trastorno del hígado graso no alcohólico y de esteatohepatitis no alcohólica, Wang y Tabas creen que el TAZ actúa de la misma manera en los seres humanos.
En la investigación también han trabajado Jorge Matias Caviglia, de la Universidad de Columbia, y Ricard Masia, de la Escuela Médica de la Universidad Harvard en Estados Unidos.
noviembre 13/2016 (noticiasdelaciencia.com)
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Hepatocyte TAZ/WWTR1 Promotes Inflammation and Fibrosis in Nonalcoholic Steatohepatitis