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Miles de productos químicos que hacen la vida más cómoda pueden estar causando poco a poco un declive en la salud humana y en la fertilidad masculina. Algunas de estas sustancias actúan como alteradores hormonales que inducen a una disminución de la calidad seminal o el incremento de anomalías genitales, como criptorquidia, hipospadias o cáncer testicular.
Debido a la alta toxicidad de algunos compuestos, Raiza Paul, doctoranda del departamento de Biotecnología de la Universidad de Alicante (UA), en España, ha desarrollado un novedoso método analítico para la determinación de policlorobifenilos, también conocidos como PCB, en muestras de suero sanguíneas de un mililitro.
Los PCB son una familia de compuestos aromáticos clorados que poseen una gran estabilidad química, por lo que una vez introducidos en el medio son muy resistentes a la degradación pudiendo resistir durante décadas. Asimismo, son muy solubles en grasa (liposolubles), por lo que tienen una gran capacidad para acumularse en el tejido graso de los animales y a lo largo de la cadena alimentaria.
“Esta metodología ha permitido el análisis individual de PCB similares a dioxinas (dl˗PCBs) en pacientes con problemas de fertilidad, demostrándose que la exposición a estos tóxicos ambientales causa efectos negativos en la calidad seminal”, explica.
Los PCB llegan al organismo principalmente por la ingesta de carne, pescado o productos lácteos acumulándose durante años en el cuerpo, necesitándose concentraciones muy bajas para producir efectos negativos en la salud.
La optimización del método y los resultados obtenidos han permitido su implementación inmediata en la práctica clínica dentro del Programa de Reproducción Asistida de la clínica de Fertilidad IVF Spain de Alicante, dirigido por Jon Aizpurua. Además de contribuir a la mejora de la calidad de los servicios de salud y el diagnóstico de problemas reproductivos, el avance ha permitido la individualización en el tratamiento.
Debido a que estos compuestos tienden a concentrarse en los tejidos grasos y su eliminación es muy lenta, disminuir el consumo de carnes rojas, pescado azul, productos lácteos y otros alimentos de origen animal con alto contenido de grasas pueden reducir los PCB en el organismo. Por otra parte, seguir una dieta equilibrada con cantidades adecuadas de frutas, verduras y cereales contribuye a evitar una exposición excesiva a estas sustancias químicas.
“Una dieta saludable sería realmente la mejor estrategia a largo plazo para reducir la carga corporal de estos compuestos en nuestro organismo y, con especial importancia, en las personas jóvenes con el fin de proteger su salud y la de generaciones futuras. Sin embargo, hay que señalar que la contaminación ambiental no es un tema individual, sino un problema de salud pública muy importante que requiere la aplicación de políticas medioambientales por parte de las instituciones gubernamentales que contribuyan a prevenir y reducir la exposición a estos tóxicos”, añade Raiza.
El estudio ha sido llevado a cabo a lo largo de cuatro años en los departamentos de Biotecnología e Ingeniería Química de la UA dentro del programa de investigación de la Cátedra Human Fertility, bajo la dirección de María José Gómez Torres y Julia Moltó Berenguer.
noviembre 6/2016 (Noticiasdelaciencia.com / Amazings.com)