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El neumólogo Adalberto Pacheco, autor de un editorial en Medicina Clínica sobre este trastorno, destaca el reto que supone su terapia, que puede requerir tratar dos o tres vías de estimulación simultáneamente, como por ejemplo el reflujo, el asma y la tos neurógena, para tener éxito.
El 7 por ciento de la población española sufre tos crónica y, de éstos, dos tercios no alcanzan su desaparición completa con la farmacoterapia habitual con lo que pasa a denominarse tos refractaria. “Aunque estos datos varían en función de la intensidad de la búsqueda del diagnóstico y de la perseverancia en el tratamiento”, explica a DM Adalberto Pacheco, responsable de la Unidad de Asma y Tos de Dificil Manejo del Hospital Ramón y Cajal, de Madrid, que firma en la revista Medicina Clínica el editorial Tos crónica. La necesidad de optimizar su tratamiento.
En el artículo, el experto distingue distintas ubicaciones anatómicas desde donde se emite la tos: la vía aérea inferior, la laringe, la sinusitis, el RGE o el circuito neurológico. Sin embargo, en la práctica, detalla, “las toses crónicas derivadas del reflujo podrían no obedecer a los antiácidos y las de origen neurógeno precisan medicación, doble en ocasiones, rehabilitación laríngea y disciplina para un tratamiento de al menos seis meses en la mayoría de las ocasiones”.
Además, expone, es posible que se tengan que tratar dos o tres vías de estimulación, como por ejemplo el reflujo, el asma y la tos neurógena, para obtener el éxito. En este sentido, entiende que son necesarios más y mejores tratamientos tanto para la tos neurógena, de origen en el nervio laríngeo o en el circuito central de la tos, y para la secundaria al RGE. En este caso no sería suficiente con el efecto antiácido de fármacos como los inhibidores de la bomba de protones o los antagonistas de H2, sino que habría que contrarrestar “la acción tóxica de la pepsina en los reflujos no ácidos”.
Agentes neuromoduladores como la amitriptilina, el tramadol, la gabapentina, la pregabalina o el baclofeno han obtenido resultados esperanzadores en tos crónica refractaria. “Se utlizan para disminuir el estímulo alterado del circuito de la tos, en casos sobre todo de tos neurógena”.
AF-219, nueva esperanza
Pero la investigación más prometedora en este terreno sería, a su juicio, el desarrollo de AF-219, procedente de la I+D de la compañía estadounidense Afferent, que absorbía MSD este año.
En mayo de este año se presentaban en la Conferencia Internacional de la Sociedad Torácica Americana celebrada en San Francisco (Estados Unidos) resultados de fase IIb con esta terapia en investigación que mostraron una eficacia estadísticamente significativa en la reducción de los episodios diurnos de tos. Esta molécula oral, que no actúa a nivel central, antagoniza de forma selectiva P2X3, que está implicada en el mecanismo por el cual ciertas fibras nerviosas se hipersensibilizan y conducen a síntomas crónicos y debilitantes, como la tos.
octubre 27/2016 (Diario Médico)
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